La transformación de Chicago con Montenegro

En los últimos años, el Torito se había acostumbrado a luchar por mantener la categoría. Las malas campañas se sucedieron, la crisis económica e institucional golpearon fuertemente al aspecto futbolístico. El club se encontraba en un pozo depresivo del que no podía salir. Y si bien los inconvenientes se siguen presentando, el Lobo le cambió la cara a un grupo de futbolistas con poca jerarquía aunque con mucha hambre de gloria.

Montenegro, a los 45 años, retornó a Chicago aunque en este caso como técnico. En la temporada 2013-2014, había sido el goleador del equipo que Pablo Guede llevó a la vieja B Nacional y que sería la previa al ascenso a Primera. Luego de un gran recorrido por el fútbol de Ascenso, el Lobo se hizo cargo de Flandria, donde estuvo cuatro años y lo subió a la PN. A inicios de este 2023, tomó las riendas de Acassuso, en la B, donde duró apenas 11 partidos.

Con un ciclo irregular de Tomás Arrotea, la dirigencia apostó por Andrés y él les devolvió la confianza a los popes y, fundamentalmente, a los jugadores. No le pesó debutar en el derbi contra Almirante Brown, tampoco golear 3-0 como local. Y tras el 0-0 con Defensores de Belgrano, el Torito sumó otras dos victorias contundentes: 2-0 a Estudiantes de Río Cuarto y mismo resultado en el Superclásico del Ascenso frente a All Boys.

Desde su arribo, CANCH sacó el 83% de los puntos, se mentalizó de otra manera y se ilusiona con dar batalla hasta el final.