Por Eduardo Bocco. La visita de Sergio Massa fue la primera de una serie de desembarcos en provincias hostiles al Gobierno nacional. Obviamente Córdoba es la primera por su manifiesta oposición a todo lo que tenga que ver con kirchnerismo y aliados y, además, porque aquí se encuentra el feudo de Juan Schiaretti, el principal opositor y contrincante interno que tiene el ministro de Economía. El otro, dentro de la coalición oficialista nacional, es Juan Grabois, pero en estas tierras es visto casi como un fenómeno bohemio, al que no se le asigna ninguna chance de triunfo.
Un dirigente sindical que tiene diálogo directo con el ministro, sintetizó el motivo del viaje: “Sergio vino a rascar la olla, a eso lo debemos admitir porque lo único que le importa es restarle poder de fuego a Schiaretti en su distrito más fuerte. A pesar que no tengamos interna pura, dentro de la misma estructura, nos medimos y nos miramos de reojo”.
La comida de Massa con dirigentes de la CGT regional fue una punta de lanza en esa estrategia de tratar de hacer base. Estuvieron invitadas unas 120 personas y “cada uno se pagó lo suyo”, se esmeró en aclarar uno de los convocados al cónclave gastronómico.
El visitante llegó a pedir, o, mejor dicho, a clamar apoyo sobre todo en Capital, porque acá no tiene nada. La lista de Diputados será encabezada por Gabriela Estévez, una dirigente ultra K todo terreno que se mueve mucho pero que no tiene votos. Eso quedó demostrado en los comicios provinciales, en los que fue candidata a vicegobernadora y el frente kirchnerista hizo una elección deplorable, en la que ni siquiera llegó al 3% de los votos.
Los massistas imaginan un escenario duro en las PASO, pero lo miran con más optimismo de cara a la primera vuelta presidencial de octubre. Están convencidos también que Massa irá al balotaje con alguno de los dos postulantes de Juntos por el Cambio, Patricia Bullrich u Horacio Rodríguez Larreta. “Si es el jefe de Gobierno porteño estamos mal porque el PJ cordobés recalará ahí, pero si gana “la Piba, muchos pejotistas nos mirarán con buenos ojos porque no se la bancan”, opinó una voz próxima a Juanjo Álvarez, un armador político de fina estampa que muchos años militó con Eduardo Duhalde y ahora tributa para el hombre fuerte de Tigre.
Un capital modesto

¿Qué tiene Massa hoy en Córdoba? Poco. Trabajan con él y le manifiestan todo su respaldo los intendentes Martín Gill (Villa María) y Fabián Francioni (Leones), más otros jefes municipales de los departamentos Unión y San Martín. Después, dirigentes desperdigados en algunos otros distritos. Tal vez lo más fuerte sea Adriana Nazario, pero no se ha mostrado en los últimos tiempos. A los massistas les interesaba y les interesa tener en sus filas a Natalia de la Sota, después que la hija del fallecido José Manuel de la Sota fuera eyectada de la candidatura a intendenta de Córdoba.
Sin embargo, la diputada nacional justicialista se quedó en el redil schiarettista y se mostró en el escenario de la victoria, cuando Daniel Passerini festejó su triunfo en la elección de intendente de Córdoba. Eso fue interpretado como una clara señal en medio de las versiones que indicaban que De la Sota haría las valijas y se iría al calor del massismo, que le habría ofrecido el oro y el moro para que cambie de camiseta.
El jefe del Palacio de Hacienda cuenta también con el aval de Carlos Casserio, vicepresidente albertista del Banco Nación y de Federico Alesandri, que fue el candidato a gobernador por la coalición oficialista a nivel nacional.
A Olga Riutort los kirchneristas la ponen entre paréntesis, porque si bien la titular de Pami Córdoba está en el sector, los hace dudar por el impulso que le dio a la ordenanza que trabó la doble candidatura de Rodrigo de Loredo (a gobernador y a intendente de Córdoba). “Eso fue una señal clara al schiarettismo. Vaya a saber qué hay detrás de eso”, se sinceró otra voz que camina hace varios años con la camiseta del matrimonio Kirchner.
Ayer Massa también visitó empresas (estuvo en Blangino, en Montecristo y en Bio4, en Río Cuarto), defendió el acuerdo con el FMI y las políticas económicas de su gestión y encabezó una actividad académica en la Universidad Nacional, además de algunos contactos reservados con hombres de negocios (Urquía fue uno de ellos). A un puñado de días de las PASO, eso parece poco, pero se sabe que frente a las urnas la ciudadanía suele tomar caminos insospechados.




















