En un contexto económico desafiante, el analista Salvador Di Stéfano asegura que la mejor inversión hoy pasa por los instrumentos en pesos. Con una inflación en fuerte descenso, tasas de interés atractivas y un dólar que no encuentra impulso para subir, el mercado argentino ofrece oportunidades interesantes para quienes estén dispuestos a apostar al corto y mediano plazo.
Según Di Stéfano, el mercado accionario argentino tocó su techo en enero de 2025, coincidiendo con los pagos de renta y amortización de los bonos soberanos en dólares. A partir de ese momento, comenzó una toma de ganancias en un escenario de reservas escasas y con un dólar que intentaba alcanzar nuevos máximos. Sin embargo, la firma de un acuerdo con el FMI, la recomposición de reservas y la salida del cepo cambiario marcaron un punto de inflexión: estabilizaron el dólar en el centro de las bandas cambiarias y empujaron la inflación a la baja.
Este giro macroeconómico trajo aparejado un incremento de la demanda de pesos. La tasa activa en moneda local ya ronda el 50% anual, mientras que en dólares se sitúa en torno al 10%. En paralelo, las tasas pasivas trepan: un plazo fijo en pesos para grandes montos rinde cerca del 34% anual, y en dólares, alrededor del 5%.
Pesos como refugio
Di Stéfano advierte que para que haya más oferta de pesos el dólar debería acercarse al piso de la banda, algo que hoy parece improbable. Así, es esperable que las tasas elevadas se mantengan en el corto plazo, acompañadas por un ajuste profundo de la microeconomía: comercios con ventas débiles, costos fijos altos y rentabilidad negativa. «Sobran negocios y faltan clientes», sentencia.

Desde lo fiscal, el panorama tampoco es sencillo. La recaudación tributaria cayó, y eso obliga a un ajuste del gasto público. Aunque se espera un resultado fiscal positivo en mayo, este vendrá acompañado de sacrificios, como el fin de la baja temporal de retenciones al agro.
Sin embargo, hay señales positivas. La reciente colocación de un bono en pesos a cinco años fue más que exitosa: ya cotiza a $110,5 y ofrece un retorno del 27,5% anual, con una inflación esperada por debajo del 20% a 12 meses. Para Di Stéfano, este instrumento puede ofrecer grandes ganancias a los inversores en pesos.
El factor político aún no impacta
Faltan 90 días para las elecciones en la provincia de Buenos Aires y 140 días para las legislativas nacionales. Di Stéfano considera que aún es pronto para que las encuestas influyan en el mercado. Recién a partir de agosto podría observarse una mayor volatilidad e interés por parte de los inversores.
En este «mientras tanto», sugiere mantenerse en instrumentos en pesos, como las Lecap y Boncap, que ofrecen rendimientos por encima del 30% anual. Los bonos en dólares, en cambio, no lucen atractivos: el AL30 rinde 13,2% anual, frente a un bono en pesos 2030 con retorno del 27,5%. Para igualar rendimientos, el tipo de cambio debería devaluarse al 12,6% anual, un escenario poco probable si la inflación continúa bajando y las tasas se mantienen elevadas.
El frente externo y la bolsa americana
A nivel internacional, la atención está puesta en Estados Unidos. Una nueva ley, aún pendiente de aprobación en el Senado, podría imponer impuestos del 5% al 20% sobre intereses, dividendos y rentas enviadas a países extranjeros, más un 3,5% sobre los fondos remitidos al exterior. Para Di Stéfano, esto podría tener efectos similares a ciertas políticas del kirchnerismo.
En cuanto al dólar global, su debilidad lleva a replantear inversiones en esa moneda. En la escena local, el dólar se muestra sin dirección clara, atrapado entre las bandas cambiarias, mientras que el mercado accionario se mueve lateralmente, «calentando motores» para un posible repunte hacia fin de año.
Di Stéfano concluye que, en tiempos de incertidumbre, los pesos ofrecen el mejor refugio. Las altas tasas, la baja inflación y la inestabilidad del dólar configuran un escenario en el que los instrumentos en moneda local lucen mucho más atractivos que los activos dolarizados. Y si el mercado accionario logra superar su máximo de enero, podría dejar ganancias superiores al 50% en dólares antes de fin de año.
“La macro sigue muy ordenada, y la micro sufre. Lo mejor es abroquelarse en los pesos, hasta que el mercado accionario muestre los dientes”, cierra el analista.




















