La economía argentina entra en una etapa de señales mixtas pero prometedoras. Con un dólar oficial que mantiene una suba del 14,8% en lo que va del año, en línea con una inflación semestral estimada del 15%, el tipo de cambio parecería estabilizarse en un nuevo equilibrio. Para el analista económico Salvador Di Stéfano, el Banco Central podría intervenir en la banda de flotación del dólar, lo que permitiría sostener esta tendencia y ofrecer previsibilidad al mercado.

Mientras tanto, las reservas internacionales del BCRA alcanzaron los U$S 38.622 millones, con una proyección de sumar U$S 2.000 millones adicionales a través de una operación de REPO al 8,5% anual. Este movimiento, destaca Di Stéfano, no solo fortalece la posición del Central, sino que confirma el retorno de Argentina a los mercados internacionales con colocaciones a tasas «razonables».

Inflación bajo control y tasas reales positivas

En paralelo, la inflación de mayo se ubicó en apenas 1,5%, y las proyecciones indican que se mantendría por debajo del 2% mensual durante los próximos meses. Este contexto impulsa a repensar las estrategias de inversión en pesos. La tasa de los plazos fijos mayores a $1.000 millones (Tamar) se ubica en 33,75% anual nominal, con una tasa efectiva del 39,5%, lo que representa un rendimiento real de 19,7% por encima de la inflación proyectada, que se estima en 16,5% anual.

En este sentido, los instrumentos en pesos vuelven a mostrar atractivo frente a opciones ajustadas por CER o inversiones dolarizadas. Un caso emblemático son los bonos Boncap Duales, como el TTM26, que desde su emisión en enero acumulan una ganancia en dólares del 7,7%, superando ampliamente la evolución del tipo de cambio MEP.

Perspectivas para el dólar y el comercio exterior

Di Stéfano proyecta una devaluación esperada del 13,6% anual, al comparar el rendimiento del bono en pesos TY30 (27,7%) contra el bono en dólares AL30 (12,4%). En este contexto, el dólar oficial en torno a los $1.185,50 podría tener un piso transitorio, especialmente si el BCRA interviene comprando dólares cuando ingresen flujos importantes por inversiones.

Sin embargo, la vuelta de las retenciones a las exportaciones de soja (33%) y maíz (12%) en julio podría frenar las liquidaciones del agro, lo que limitaría el ingreso de divisas por ese canal. A su vez, se observa un fuerte apetito del público por el dólar: solo en abril, las compras minoristas alcanzaron los U$S 2.000 millones, y mayo podría cerrar con más de U$S 1.000 millones.

Auge energético: el petróleo como sector estrella

En el plano productivo, las acciones petroleras se perfilan como las grandes ganadoras del nuevo ciclo. El consorcio integrado por YPF, Pampa, Chevron, Pan American Energy, Vista y Pluspetrol consiguió un préstamo sindicado de U$S 1.700 millones para construir un oleoducto desde Añelo hasta Punta Colorada, en Río Negro. Esta obra estratégica permitirá exportar 550.000 barriles diarios desde 2027.

Con precios de las acciones todavía bajos y un contexto internacional marcado por la tensión en Medio Oriente, Di Stéfano considera que es el momento ideal para observar de cerca los papeles de compañías como YPF, Vista y Pampa, que podrían beneficiarse tanto de la estabilidad cambiaria local como de un mercado global más demandante.

Argentina podría estar entrando en una nueva etapa de mayor previsibilidad financiera. Con un BCRA que acumula reservas, un tipo de cambio en sintonía con la inflación, y una tasa de interés real positiva, las condiciones para invertir en pesos mejoran sustancialmente. Al mismo tiempo, sectores como el energético aparecen como apuestas de mediano plazo con alto potencial.

Si la estabilidad cambiaria persiste y la inflación continúa descendiendo, el mercado accionario local, en especial el vinculado a la exportación, podría ofrecer retornos atractivos. Como señala Di Stéfano, «es tiempo de mirar con atención a las empresas que cotizan en bolsa».