
La legisladora porteña Ofelia Fernández, de 19 años, integra el Frente de Todos y es la más joven figura parlamentaria en Latinoamérica.
Es por eso que el diario El País de España decidió entrevistarla.
«No me siento muy cómoda», dijo cuando la consultaron sobre su rol dentro de la coalición gobernante.
«No lo estoy, pero sabía que no iba a estarlo», agregó.
«Sé que aún no se dan las condiciones de fuerza para sacar adelante una agenda ambientalista y popular, con reconocimiento de los trabajadores de la tierra y los cartoneros, con una reforma judicial feminista y un sistema integral de cuidados. Asumo las decepciones», admitió Fernández.
No obstante calificó como «satisfactorio» los resultados en temas como aborto o el impuesto sobre las grandes riquezas.
Ofelia confiesa que las redes sociales le generan sinsabores. «Voy a un restaurante, cualquier bodegón aleatorio; me sacan una foto y la cuelgan en Twitter diciendo que estoy en el restaurante más caro de Argentina. Twitter me gusta, podría ser mi red favorita porque ofrece una buena síntesis de lo cotidiano, pero cada vez que lo abro leo cosas horrorosas sobre mí», dijo.
«Sé que esto ocurre por mi edad, por mi carácter y por mi proyecto político».
Fernández dice que su militancia y su «capacidad de liderazgo» le «son de siempre». En la entrevista, recuerda que jamás estuvo «tan nerviosa como en una asamblea de toma (de colegios) en 2015».
«Yo tenía 14 años y nunca había hablado ante tanta gente, 300 o 400 personas. Lo pasé muy mal y no lo hice bien. Aun así, me felicitaron», sostuvo.
La legisladora reveló que durante la cuarentena aprovechó para estudiar y matricularse en Derecho. «Me levantaba a las 8, hacía trabajo político de 9 a 18 y a las 19 empezaba las clases hasta las 23. No quedaba tiempo para leer, solo quería dormir», relató. El trabajo a distancia se le volvió «muy frustrante».
En la enttrevista describen su carácter a través de sus espacios: un departamento estrenado en Colegiales, primer domicilio de la vida sola, que entremezcla imágenes de la cultura pop coreana, con el fanatismo por Game of Thrones y en especial, por la figura de Daenerys Targaryen, esa lideresa entre revolucionaria y despótica que también fanatizó a Cristina Kirchner.
La legisladora apela a su «Daenerys interior», según consigna El País, «para calmarse, para no estallar. Una imagen un poco distante del personaje de ficción. También a las clases de teatro «para dominar el miedo y la ira». «Gracias al teatro -que comenzó a los 9 años- puedo decir por centésima vez una cosa y decirla con emoción», cree Ofelia, con en una especie de terapia: «Para pasar una hora haciendo otras cosas», dice aunque, adolescente, «ahora me da un poco de vergüenza».
Con la viralización de su frase de incomodidad, las redes volvieron a hacerla tendencia. También por allí llegó el apoyo de su líder Grabois: «Cómo nos alegra que no se sienta cómoda; cómo nos repugnan lxs que se acomodan», escribió.
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