En Juntos por el Cambio, después de días cargados y con agenda activa, buena parte de los socios coincide en algo: “arrancó la temporada de codazos”. La irrupción del expresidente Mauricio Macri, con la presentación de su libro Primer Tiempo, sumado al arribo de la exgobernadora María Eugenia Vidal el lunes pasado en la Fundación Mediterránea; las esquirlas de las internas del radicalismo -en Córdoba y Buenos Aires- y el polémico Zoom con el expresidente encabezando la reunión desde su cuarto, conformaron la tormenta perfecta para la coalición en la previa a los primeros bocetos para definir las listas en las Legislativas.

Y el rol de oposición, a diferencia de lo que ocurría antes del 2015, con la figura de Macri en aquel momento como líder del espacio y sin compañeros de protagonismo con peso, hoy tiene a dirigentes que se le plantan al expresidente. Y le discuten no sólo el liderazgo sino que también amenazan con poner límites a una nueva aventura del hijo de Franco.

De hecho, un ejemplo de ello fue el malestar que provocó la imagen de Macri el lunes en la reunión habitual de la mesa nacional de JxC hablando desde su habitación a las 9:30 de la mañana.

Por lo que, si algo quedó claro el lunes después del paso de Vidal por Córdoba, es que el círculo rojo acentuó la toma de distancia con respecto al expresidente. Aunque, a decir verdad, no son sólo los empresarios los que arrancaron con la etapa de distanciamiento obligatorio del hombre del PRO: también dirigentes que estuvieron el jueves pasado en el lanzamiento de su libro se fueron por lo bajo marcando serias diferencias entre él y Horacio Rodríguez Larreta.

“Uno transpira gestión, se muestra activo y sabe que tiene para crecer; el otro, se pasó de relajado y da la sensación que está empezando a negociar el 41% más que buscando un futuro con su nombre en las urnas”, definió un dirigente con peso dentro de los socios cordobeses a Punto a Punto.

¿El fin de la grieta?

No en lo inmediato, es cierto; pero a futuro, no son pocos los dirigentes en JxC que apuestan a saltar la grieta entre Macri y CFK. Y a ese barco se están subiendo también empresarios cordobeses que ‘compraron’ el paquete de MM en 2015 pero que ahora ya le miraron la etiqueta del vencimiento y prefieren dejarlo en la góndola.

Es más, entre los que estuvieron el lunes en la Fundación Mediterránea, varios hasta se mostraron apáticos con la exgobernadora bonaerense. “En Córdoba lo ven con más certezas al Pelado”, dijo un operador del PRO en territorio mediterráneo y suma a su teoría: “por eso Horacio no baja ya: porque sabe que, sin venir, crece, y cuando lo haga será para mostrar algo. No es de los tipos que vendría sólo por la foto”.

En la misma línea, entre aquellos que respaldan a Larreta, están también quienes esperan un ‘correctivo’ a Patricia Bullrich, la exministra de Seguridad de la Nación, hoy titular

del PRO y quien dice lo que Macri evita. Ajusta, donde Mauricio distiende; y abraza, al que Mauricio suelta. Para que nadie se corte por afuera.

“A Bullrich le están dando aire y manda mensajes, tanto hacia adentro como hacia afuera. Entonces, si escucha que (Gabriel) Frizza está enojado, lo llama y se saca la foto. O si se entera que a la Coneja (Héctor Baldassi) lo llamó Javier Milei, ella le hace un llamadito para refrescarle un par de cosas. Ahora, cuando levanta en contra de algún top, no gusta”, dicen.

Larreta es distinto. Por eso a los macristas cordobeses les hizo saber que quiere saber con qué fierros cuenta cada uno; entiéndase por esto encuesta, Big Data, georreferenciación, todo. Allá también están los que no compran más buzones.

Ausencia schiarettista

A diferencia de otras ocasiones, en las que los dirigentes nacionales del PRO eran escoltados por funcionarios provinciales, en esta oportunidad hubo ausencia de schiarettistas de primera y segunda línea.

Si bien están los que destacan la presencialidad acotada por tratarse del primer evento en pandemia, la nueva normalidad tiene al cordobesismo alejado del cotillón amarillo.

Nadie duda que, a pesar de tratarse de listados de invitados reducidos, si algún funcionario provincial de primera línea quería estar, tenía un lugar asegurado. “El Gringo está haciendo equilibrio por lo que se viene. Hoy (por el lunes) se acerca a nosotros por biocombustibles en el Congreso pero mira lo que pasa con el PJ y Alberto. Para eso viajaron peronistas de acá a Buenos Aires”, dijo un diputado de JxC.

El delgado equilibrio lo tiene a Schiaretti alejado de los extremos, y vale para Macri, Cristina o Vidal. La pregunta es qué pasará cuando el invitado sea Larreta, con el que también se manda mensajes por WhatsApp, al igual que lo hacía con el expresidente.

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