La Cámara Argentina de Inmobiliarias Rurales (CAIR) publicó el Índice de Actividad del Mercado Inmobiliario Rural (InCAIR), que refleja la actividad del mercado inmobiliario del campo en todo el país. En marzo, hubo un incremento del 11% respecto a febrero.
Así, marzo marcó 38,15 puntos, representando una suba del 11,2% en relación a febrero cuando el InCAIR registró 34,31 puntos. La última medición es similar a la de enero de este año.
Según sostiene el informe, que se realiza cada mes, se mantuvo estable el nivel de recorridas a campos y de consultas. Una situación que podría desacelerarse en abril como consecuencia de la segunda ola de Covid.
También, fue sostenida la oferta de campos para la venta, que sigue acumulando stock, aunque hay mayor movimiento en los alquileres.
“La firmeza en la cotización de granos y la carne continuaron sosteniendo el interés en la actividad agropecuaria, traducida en una alta demanda para arrendamientos, que se negocian con algún incremento respecto a la campaña anterior”, resaltó el comunicado difundido hoy.
Como contrapartida, el escenario político-económico signado por la incertidumbre y escasa previsibilidad en medio de la pandemia, continúa afectando el potencial de la recuperación y equilibrio del mercado inmobiliario rural de compra-venta.
En cuántos a los valores, la zona núcleo registró una baja de los precios de entre el 15% y el 20% en dólares durante la cuarentena en 2020, mientras que, en las regiones intermedias, ese valor ascendió a mermas de hasta el 30% en divisa estadounidense.
Al igual que el mercado de bienes raíces para vivienda, hoy, el sector rural se ve con récord de stock. Por una cuestión de estacionalidad, la situación no se revirtió en los meses de verano. Pero empezó a mostrar ligeros signos de recuperación.
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