El juez federal con competencia electoral, Ricardo Bustos Fierro, modificó el criterio aplicado por la Junta Electoral partidaria y redistribuyó las cuatro sillas que el radicalismo de Córdoba tiene en el Comité Nacional. Esto permitirá que Marcos Ferrer, el intendente de Río Tercero, se siente en el cenáculo nacional como representante de Sumar. Fue desplazado hasta la primera suplencia Luis Caroni, dirigente del espacio de Mario Negri. Así, los delegados nacionales será Ramón Mestre, Ferrer, Soledad Carrizo y Sofía Aguad (Sumar).

Al mismo tiempo, Bustos Fierro convalidó el criterio de distribución de cargos en el Comité Provincia a través del sistema D’Hondt, lo que confirmó a Rodrigo de Loredo como primer secretario del partido. El juez rechazó la pretensión del candidato a presidir el radicalismo por Sumar, quien buscaba sentarse en el triunvirato conductor. De esta manera, Marcos Carasso fue confirmado presidente del radicalismo, secundado por Liliana Ruetch y Roberto Lucas, los tres de Convergencia.

Este criterio se replicó en los cargos del Comité Capital, que será presidido por Diego Mestre, quien estará secundado por Héctor Carranza y Guadalupe Mias; mientras que Javier Bee Sellares, el candidato de Sumar, fue proclamado primer secretario.

Reto

Bustos Fierro dedicó serios cuestionamientos al proceso interno, al que definió como “sinuoso y plagado de acusaciones cruzadas”, con “extensas presentaciones” y planteos “abstractos” en los que sobresalieron las imprecisiones y el “corte-pegue”; al punto que, remarcó el magistrado, la judicialización de los comicios puso en jaque el funcionamiento de la Secretaría Electoral.

Al momento de destacar la “sorpresa” por “el tenor de las presentaciones y apelaciones”, Bustos Fierro señaló que “todo el camino transitado desde el llamado a elecciones fue sinuoso, plagado de acusaciones cruzadas que traspasaba con creces la pretensión o el intento de defender aquellos derechos que se consideraban conculcados, puesto que en cada presentación no sólo se solicitaba una revisión de las decisiones tomadas por la Junta Electoral Partidaria, sino que además se pretendía ‘demostrar’ que el candidato de la otra lista interna utilizaba tácticas o prácticas espurias para conseguir su objetivo”.

“A tal punto llegó esa inquina, que incluso ambas alianzas pusieron en duda la imparcialidad del tribunal”, dijo Bustos Fierro. “El tiempo material con que se contaba para resolver todas las extensas presentaciones realizadas implicaba un trabajo intelectual de importancia, que incluso necesitó de una audiencia que permitiese comprender el modo en que se estaba desarrollando el proceso electoral”, recordó.

Sin medias tintas, Bustos Fierro reprochó a los apoderados de las listas, que llegaron a “expresar sin eufemismos que las decisiones eran tomadas por una Junta electoral ‘mayoritaria’, como si existiese otra’ junta electoral ‘minoritaria’, argumento que sólo agrega un tinte de agresividad innecesaria y estéril, creando en el juzgador un estado intelectual de estupor y particular inquietud”.

Para destacar la desubicación de los radicales, Bustos Fierro señaló que “la Secretaría Electoral se encuentra trabajando con personal reducido por la pandemia, y encontrándonos a escasos meses de las elecciones Paso, implicó poner a disposición de la UCR casi la totalidad de los recursos, razón por la cual, si este tipo de procesos se replicase, sería casi imposible que la Secretaría Electoral realice su trabajo”.

Escrutinio. Marcos Carasso cosechó 18.117 votos contra los 17.061 de Rodrigo de Loredo. En el tramo nacional, Mestre tuvo 18.399 votos, mientras Marcos Ferrer logró 16.755. En Capital, Diego Mestre sacó 6.032 votos y Javier Bee Sellares, 5.593.