Cuando Buenos Aires se sorprendió en 1962 con la película «Pather Panchali», de Satyajit Ray -director bengalí de cuyo nacimiento se cumplen 100 años el 2 de mayo-, el cine de la India era prácticamente desconocido en Occidente. Solo estudiosos o cineclubistas conocían o habían escuchado hablar de Akira Kurosawa, Kenji Mizoguchi o Yasujiro Ozu, también asiáticos pero japoneses.

Kurosawa era el más conocido -«Rashomon» se estrenó en la Argentina en 1954-, «Ugetsu», de Mizoguchi en 1957; y sobre Ozu, algunos que lo llamaban «maestro» habían leído bastante pero no hay constancia de que sus filmes se hayan conocido localmente en algún ciclo especializado de entonces. No había en aquellos años otra forma de ver películas que en una sala y en soporte fílmico.

Hasta ese momento y formateado por Hollywood, el público imaginaba que todos los orientales eran taimados y había que desconfiar de ellos, pero «Pather Panchali» mostró una cara distinta: los personajes no eran amarillos ni tenían los ojos rasgados y, además, el director Ray mostraba una grafía cinematográfica bastante occidental.

«Pather Panchali» (1955), a la que localmente se le agregó el subtítulo «El pequeño sendero», formó parte de una trilogía que completaban «Aparajito» (1957) y «El mundo de Apu» (1959), donde se narraban las desventuras de un niño y su familia en la década de 1920, cuando aquellos parajes aún pertenecían a Gran Bretaña.

La banda sonora de esas películas fue compuesta por el sitarista Ravi Shankar, más tarde famoso por presentarse en escenarios de la ex Unión Soviética, por su asociación con el violinista Yehudi Menuhin y luego por su vínculo con George Harrison y Los Beatles, además de su paternidad de la cantante Norah Jones, famosa por mérito propio.

En un país dividido por las castas hasta extremos de una crueldad inefable, Ray tuvo la fortuna de nacer en Calcuta dentro de una familia de artistas y así pudo estudiar en universidades bengalíes y extranjeras, entre ellas la Visva-Bharati, fundada por el poeta nacional Rabindranath Tagore.

En París trabó amistad con el cineasta Jean Renoir -fue su asistente en «Río sagrado» (1951)- y en Londres asistió a una proyección de «Ladrones de bicicletas» (1948), la película de Vittorio de Sica que lo empujó a dedicarse de lleno al cine, con una impronta europea que mostraba reminiscencias de Renoir pero también del neorrealismo italiano.

Por esas influencias se dijo que Ray era el menos indio de los directores de su país, ya que la India es el mayor productor de películas del mundo, en cuanto a número, habladas en sus varias lenguas; pero su cine era otra cosa.

Interesado por la cuestión social de su país y las pobres condiciones en que vivía su gente, no solo se guardaba para sí los trabajos de adaptador, guionista y director: fiel a su espíritu artesanal, realizaba los castings -muchos de sus intérpretes no eran profesionales-, revisaba las partituras musicales, plantaba las cámaras, hacía el montaje y diseñaba los títulos de crédito y hasta los carteles publicitarios.

La trilogía de Apu -basada en una novela autobiográfica de Bibhutibhushan Bandyopadhyay (1894-1950)- lo lanzó de inmediato a un estrellato que no esperaba mientras era autor de cuentos y novelas para adolescentes, ilustrador, caligrafista, compositor, diseñador gráfico y crítico en la revista de la Sociedad de Cine de Calcuta, que eran los oficios que le permitían vivir. El cine también le evitó estudiar Economía.

El Oscar, en 1992.

Tres premios en Cannes 1956 por «Pather Panchali», tres en Venecia 1957 por «Aparajito» y varios premios y nominaciones en otros festivales por «El mundo de Apu» lo incluyeron de inmediato en el Olimpo de los críticos occidentales de los años 60, junto a apellidos como Antonioni, Bergman, Godard o Fellini.

El resto de su filmografía, integrada por 37 títulos en total, entre las que resaltan «El salón de música» (1958), «La gran ciudad» (1963), «Charulata» (1964) y «Los jugadores de ajedrez» (1977) no tuvo la misma suerte que sus títulos de debutante y aquellos brillos que adornaban su nombre se fueron apagando.

Muchas de sus obras desaparecieron de la exhibición comercial y solo se vieron ocasionalmente en pequeños festivales o ciclos cineclubísticos. Ray falleció a los 70 años el 23 de abril de 1992, a raíz de una dolencia cardíaca.

El último recuerdo que se tiene del cineasta en vida es de cuando recibió un Oscar honorario por toda su carrera desde la cama de un hospital de Calcuta; fue días antes de su deceso, durante una transmisión satelital que vieron millones de telespectadores a través del mundo; una despedida muy triste.

"Pather Panchali" formó parte de una trilogía, donde se narraban las desventuras de un niño en la década de 1920.

«Pather Panchali» formó parte de una trilogía, donde se narraban las desventuras de un niño en la década de 1920.