Wall-E se convirtió en una de las películas más exitosas de Pixar y en una de las cintas animadas más recordadas de los últimos tiempos. La historia del encantador robot compactador de basura provocó un impacto hondo en los espectadores, especialmente a través de los mensajes que entrega.

La película fue estrenada el 27 de junio de 2008 y se quedó con el premio a la mejor película de animación en los Óscar de 2009. La cinta escrita Andrew Stanton ha sido descrita como un grito de alerta hacia la humanidad y una invitación a preocuparnos por la salud de nuestro planeta.

Basta la premisa de la cinta para causarnos preocupación. Wall-E está encargado de recoger y compactar la basura que hay en la Tierra, luego de que los humanos se vieran forzados a abandonarla porque era imposible habitar en ella.

Wall-E

Lo mejor de la película de Pixar es que entrega un mensaje optimista, pese a todo: aún estamos a tiempo de actuar, de reaccionar para que no nos veamos obligados a tener que dejar este planeta y clausurarlo.

En la cinta animada, la contaminación y la acumulación de desechos volvieron a la Tierra un lugar poco propicio para la vida.

La ficción también muestra de forma cruda los graves efectos del cambio climático y el calentamiento global en pleno 2008, una época en que la sociedad todavía no enfrentaba de forma responsable sus consecuencias.

Esclavos de la tecnología

En Wall-E, los humanos deben vivir en una nave que viaja por el espacio, gozando de todas las comodidades que la tecnología podría ofrecerles.

Las personas son bebés, básicamente, ya que pasan todo el día postrados en inmensos sillones con una pantalla fija frente a sus ojos y con robots a sus disposición para que lleven a cabo todas las tareas (¿suena familiar?).

El problema es que fue este mismo comportamiento egoísta e irresponsable el que acabó con la Tierra. Los humanos aún no lo entienden o no se han dado cuenta. Para eso debe aparecer Wall-E, un pequeño robot obrero que no habla, pero que con sus acciones (cuidar una planta), demuestra que puede tener más humanidad que los propios humanos.

“Utilicé todos estos elementos (contaminación) con mucha honestidad. Solo lo hice para empujar la historia de amor y para hacer la pregunta que se hace Wall-E en este mundo: ¿Cuál es el punto importante de vivir? ¿Qué son las personas y las relaciones? ¿Y el amarnos unos a otros?”, señaló Andrew Stanton en una entrevista.

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