• Conocé la historia de esta pareja, a quienes las ganas de aprender los llevaron a ir a por sus sueños.
  • Ella es enfermera, y juntos quieren idear un sistema de carga de datos por voz para economizar tiempo y recursos.
  • Desde el Programa sienten gratificación, pero van por más: se vienen nuevos cursos para todas las edades. 

La curiosidad y la necesidad navegan en similares proporciones dentro de la mente de Cecilia y Alfredo, ambos de 58 años. La familia Lascano, de la que forma parte también su hijo José, de nueve, es vecina de barrio Residencial San Carlos, y la pandemia los llevó no sólo a replantearse cómo disponer de su tiempo sino qué idear para reinventarse económicamente, ante la falta de un trabajo fijo por parte de él. Es técnico electrónico, pero se autodefine sin empleo permanente.

Cecilia es licenciada en enfermería y se enteró de la existencia de los cursos virtuales del programa Tecnofem por una amiga. ¿Qué relación tiene la enfermería con un curso de robótica? En el mundo de los Lascano, mucha.

Esta iniciativa es impulsada por el Ministerio de la Mujer, desde Córdoba con Ellas, en conjunto con la Dirección General de Inclusión Digital del Ministerio de Coordinación, el Ministerio de Ciencia y Tecnología y la Agencia Córdoba Joven.

Durante los dos primeros años de ejecución (2018-2019), se realizaron cursos de manera presencial en 22 localidades de la provincia con 525 egresadas, quienes transitaron por alguno de los 43 talleres dictados.

Sin embargo, las condiciones del 2020 cambiaron el escenario inicial de Tecnofem, que nació con la primera intención de acortar la brecha de género en el campo tecnológico.

“No podíamos decirles a los varones que no los aceptábamos. Se inscribían y nos pareció correcto aceptarlos. La educación tiene que ser para todo el mundo. En estas nuevas ediciones se presentaron personas de diferentes identidades de género. La diversidad es parte de nuestra esencia”, expresa Mónica Pratto, directora de Córdoba con Ellas, desde donde se articula Tecnofem.

Del papel a la pantalla

Cecilia Heredia trabaja en el hospital Florencio Díaz, de barrio José Ignacio Díaz. Desde febrero a la fecha se dedica a cargar en una computadora las planillas manuscritas de ingreso y recepción de pacientes. Carga a razón de más de 800 por mes. «Llevo más de cinco mil planillas subidas. Y algunas vienen manchadas, no sé leen bien, el DNI es ilegible y tengo que buscarlo por la web», explica.

Allí, en esa ardua y rutinaria labor, es donde comienzan a juntarse su profesión con la tecnología. El excesivo tiempo que destina le encendió el foco de la creatividad.

Si la pandemia del coronavirus pudiera sintetizarse en un objeto material sería una brújula desimantada: no existe un norte, o, dicho de otro modo, cada quien hace de su dirección su propio norte. Creando, innovando, sobreviviendo.

Los Lascano participaron de manera virtual de todos los rubros de los que se dictaron cursos: robótica, diseño web, impresión 3D y videojuegos. En total, el programa ofreció siete capacitaciones. Ellos dos son solo un par de los más de siete mil inscriptos que participaron entre el año pasado y este.

“Me gusta experimentar. Me lo sugirió una amiga y cuando empecé a ver de qué se trataba me enganché. A medida que te iban haciendo las devoluciones y aprobabas te ibas ilusionando más. La tecnología me interesa y quería ver si todo esto que estoy aprendiendo me sirve para cambiar algo en mi trabajo. Si obtenés información de calidad de entrada, ganás un montón de tiempo”, cuenta.

Están en fase de diseño de un software que permita la adquisición de datos mediante la voz. De esta forma, el paciente se acerca a una pantalla, dicta sus datos personales y la información se carga sin la necesidad de hacerlo manualmente.

“La intención es hacer algo más económico, con los recursos disponibles, que con los elementos que tengan en el lugar pueda ser aplicable a cualquier conexión. No hace falta comprar ningún aparato de última tecnología. Queremos hacerlo funcionar con elementos comunes. Hacerlo accesible”, aclara Alfredo.

El sistema lo están diseñando, después deben pasarlo a lenguaje de programación “C” y finalmente realizar las pruebas para constatar su funcionamiento con las herramientas sencillas como una cámara web o cualquier PC.

“Iniciar una gestión con la pandemia fue muy complejo. Pero terminamos cerrando un balance positivo. Lo bueno de lo virtual es que tuvimos muchos más alumnos que cuando era presencial. Para este segundo semestre queremos apuntar nuevamente a lo presencial”, adelanta Pratto.

Además de aumentar la cantidad de inscriptos, de entre 10 y 71 años, la iniciativa permitió traspasar las fronteras de Córdoba: 152 personas egresaron de diferentes provincias del territorio argentino. Por otro lado, lo virtual permitió que las capacitaciones tuvieran casi 30 mil vistas en la web.

Un horizonte en expansión

Entre 2020 y lo que va de 2021, se dictaron siete capacitaciones virtuales, se realizaron cuatro charlas motivacionales con mujeres referentes en el sector tecnológico, se llevaron adelante dos webinars con personas referentes en Impresión 3D, y se realizaron 7 capacitaciones presenciales en alfabetización digital en un trabajo en conjunto con la línea Foro de Emprendedoras Mujeres.

Mediante el acompañamiento a las inscriptas y participantes se detectaron 19 casos de violencia de género, 13 en situación de vulnerabilidad, nueve situaciones de educación formal incompleta (primario y secundaria), y 12 mujeres embarazadas sin obra social.

El Ministerio de la Mujer puso a disposición sus impresoras 3D y se imprimió un total de 48 diseños realizados por las alumnas del Taller de Impresión 3D (soportes para celular y ganchos Covid).

A través del trabajo realizado en las ediciones anteriores de TecnoFem, con la organización sin fines de lucro Chicas en Tecnología y la empresa Mercado Libre, se consiguieron 18 becas completas destinadas a egresadas de TecnoFem para capacitarse en Desarrollo full web stack.

Lo que queda del 2021

Para lo que resta del 2021, y con el regreso de la presencialidad escolar, Pratto cuenta que tienen varios proyectos para poner en marcha.

“Estamos apuntando a los colegios técnicos, de manera presencial, con kits de robot, para que los profes les enseñen a armar robots a los alumnos. Vamos a ir a los últimos años del secundario para que puedan salir de ahí a hacer pasantías en las empresas automotrices”, añade.

Por otro lado, se apunta a los cursos de alfabetización digital para mujeres emprendedoras en el interior provincial, mediante tutores con chicas más jóvenes en ferias. Desde lo más elemental: mandar mails, uso del celular, entre otras funciones. “Creamos un círculo solidario”, manifiesta con relación a que las más jóvenes trasmiten sus conocimientos sobre tecnología, y las más grandes su experiencia de vida.

“Empecé a implementar una técnica con niños para empezar a mostrarles lo que es la impresión en 3D. Hacemos dibujos para colorear, y ellos armaron anteojos de juguetes despegados del papel. Le mostramos cómo funcionaba el lápiz y les decíamos que así funciona una impresora más grande. Les despertamos la curiosidad. Que vayan entendiendo de qué hablamos. Queremos llevarlo a las Salas Cunas y a los colegios”, continúa.

Desde CbaConEllas pretenden ir a los Puntos Mujer del interior para hacer jornadas completas con las emprendedoras para hablar de alfabetización digital y con niños para capacitarlos en impresión 3D.

Actualmente se está trabajando para implementar una Diplomatura en Inteligencia Artificial, que comenzará el año próximo. Este año se harán cursos de nivelación.

Entre el deseo y la inclusión

“Voy detrás de un sueño: Ofrecer algo que funcione, adaptado a tu sistema, mucho más barato”, es el deseo de Alfredo Lascano, a quien un curso de robótica le abrió las puertas de un universo inexplorado por él, con nuevas herramientas como los sistemas Arduino y Tinkercad, que le permitieron pasar a digital aquello que había aprendido a hacer de forma manual en sus años en la UTN.

Cecilia fue estudiante de Diseño Industrial antes de convertirse en enfermera, y lleva la curiosidad agarrada a la mano: “Hay que animare a conocer, sino nunca van a saber que existe si no te abrís a nuevos conocimientos”.

La distancia de edad con su único hijo, la necesidad de crear y renovar sabiduría y la posibilidad de inventar algo que puedan ofrecer a cualquier institución —más allá de clínicas y hospitales— movilizan a la familia, que encontró en TecnoFem mucho más que un curso gratuito y online en plena pandemia.

“Para mí, cambiarle la vida un poquito a alguien es lo maravilloso de ser funcionarios. Muchas veces nos olvidamos de los más 50. Y haber podido aportarles algo me parece que vamos por el camino correcto”, cierra Pratto.