Con agosto arranca un mes clave en las expectativas del gobierno para intentar llegar de la mejor manera a las elecciones. La primera posta, el 12 de septiembre, obliga a acelerar una serie de medidas y programas económicos para mostrar la mejor cara posible. El avance de la vacunación, sobre todo de la llegada de dosis para completar el esquema a la mayor cantidad de personas posibles, hará su parte.

Pero mirando a la economía la idea no es mostrar un repunte fuerte, no hay mucho margen para eso. Sí al menos tratar de tranquilizar la macro. El economista Alfredo Blanco lo planteó estos días a un grupo de empresarios cordobeses en un meet privado: “el gobierno tiene que echar mano a lo que podemos llamar su Plan Lexotanil, para calmar a las principales variables económicas”.

Antes de avanzar, conviene hacer un repaso rápido de las condiciones de punto de partida y de la estrategia económica en la que se paró el gobierno hasta ahora. La analista de mercados Carla Daniele, de Dracma SA comentó en ese sentido a un grupo de inversores: “tuvimos una liquidación record del agro que permitió la acumulación de reservas internacionales, lo cual a su vez permitió intervenir en el mercado de cambio para usar el dólar como ancla anti inflacionaria. En ese sentido dejó un atraso cambiario y una brecha importante. También en el primer semestre, el plano fiscal fue relativamente favorable, tendencia que esperamos que cambie de cara a los próximos meses o lo que queda del año. Este contexto permitió patear el arreglo con el FMI para más adelante”.

En ese sentido, a la hora de pensar en las condiciones acumuladas, detalló: “si bien la inflación de los últimos meses bajó un poco, la inflación núcleo aún se mantiene elevada y estamos con una inflación anual del 50%, lo que da la pauta de que hay un componente inercial altísimo que viene atado a los movimientos de los precios de la canasta básica. Las herramientas usadas para contener la inflación, congelamiento de tarifas y control de precios fueron acumulando distorsiones y aún con esas intervenciones la brecha entre el dólar oficial y el paralelo se incrementó. Hay distorsiones persistentes hacia adelante”.

El plan a las urnas

El programa que comienza a desplegar la administración nacional para acomodar variables y tranquilizar a la economía fue sintetizado a empresarios locales por un escuchado analista esta semana. En resumen, esto destacó: “se fortalecerá la expansión del gasto social, continúan con los precios administrados, lo que incluye seguir con los Precios Cuidados, los cortes de carne, el Ahora 12 y el Súper Cerca, se mantienen las tarifa controladas, el tipo de cambio se pisa como ancla para contener la inflación. Siguen las negociaciones para un posible acuerdo con el FMI y el Club de París”.

A este esquema hay que sumar otros elementos. Uno clave: la concesión a la reapertura de paritarias para que el poder adquisitivo no quede tan rezagado. Uno de los últimos acuerdos rubricados fue el del personal de salud, que consiguió una pauta del 45% en cuatro tramos. En los próximos días avanzará la paritaria de docentes. Otro punto muy importante del plan para tranquilizar a la economía: intentar contener el fuego amigo que se vio en muchas oportunidades hacia adentro de la coalición gobernante. El ministro Martín Guzmán tiene más de un ejemplo para contar en ese sentido.

Para el mismo analista, los efectos probables de estas medidas son varios: inflación elevada y puja distributiva, más atraso cambiario, con probable incidencia en los mercados no oficiales, una recuperación muy heterogénea de la economía y en promedio muy moderada y más incertidumbre. “Ninguna de las medidas del plan tranquilizador de la economía va al largo plazo, no apunta a resolver las cuestiones de fondo pendientes y crónicas de la economía argentina como son el déficit fiscal o la inflación”, apuntó.

El día después

La pregunta que sigue y que comienza a masticarse es cómo quedan las cosas después de las fechas de votación. Volviendo a la explicación que recibieron los empresarios locales por parte de Blanco, les dijo: “Con presidencia del resultado electoral, la mirada hacia la macro dice que hay muchas distorsiones, muchos precios atrasados. Si el gobierno tiene un buen resultado electoral puede tener dos opciones: o realiza los ajustes y paga los costos políticos o trata de poner más restricciones y eso generalmente termina mal. Y si no tiene un buen resultado electoral tendrá que ver si cambia su estrategia o si la mantiene. Yo no creo que estemos en un escenario o a las puertas de una crisis tremenda en lo económico. Puede haber dificultadas serias, también que vengan del lado de la política. Creo que vamos a medidas de corto plazo que entran en contradicción, en lugar de medidas de largo plazo que apuestan al crecimiento sustentable. Podemos ir a un escenario complejo que pone a las empresas en la tremenda situación de tomar decisiones en un contexto de mucha incertidumbre”.