Armenia presentó el jueves un recurso contra Azerbaiyán ante la Corte Internacional de Justicia de la ONU acusándolo de discriminación racial, durante el reciente conflicto.

Armenia presentó el jueves un recurso contra Azerbaiyán ante la Corte Internacional de Justicia de la ONU acusándolo de discriminación racial, durante el reciente conflicto.

El presente de Armenia está marcado por el conflicto bélico con Azerbaiyán por el territorio independentista de Nagorno Karabaj, que renació el año pasado, terminó en derrota y marcó el inicio de una nueva crisis política que se extendió hasta las elecciones de junio pasado y puso en jaque por un momento al primer ministro, Nikol Pashinian.

El ultimo episodio bélico con Azerbaiyán, tras 25 años de cese del fuego, estalló el 12 de agosto de 2020 y se extendió hasta el acuerdo de paz firmado el 9 de noviembre de ese año, con un saldo de 1.300 muertos y miles de desplazados de los territorios de la autodenominada República de Arsaj (Nagorno Karabaj) que pasaron a dominio azerbaiyano.

Este acuerdo de paz fue firmado con la mediación de Rusia, la potencia regional que oficia de contralor de Turquía, aliado este último de Azerbaiyán y enemigo histórico de Armenia, en particular desde el genocidio étnico perpetrado en 1915 por el Imperio Otomano, predecesor del actual Estado turco, que nunca reconoció esa matanza de alrededor de un millón y medio de armenios.

Si bien el acuerdo de cese de hostilidades no dirime la cuestión de fondo, que es el reclamo independentista de Nagorno Karabaj -a la que Azerbaiyán considera una provincia suya y Armenia defiende como un territorio con mayoría de población armenia-, el anuncio generó un terremoto político en Ereván.

«Junto con los presidentes de Rusia y Azerbaiyán, firmé una declaración para terminar con la guerra de Karabaj (…). El texto de la declaración, que ya fue publicado, es indescriptiblemente doloroso para mi y para el pueblo» armenio, escribió Pashinian el 9 de noviembre en su página de Facebook.

Unas horas antes del acuerdo, Azerbaiyán, un país con recursos petroleros que en las últimas décadas mejoró sustancialmente su capacidad militar, había anunciado la toma de Shusha, una ciudad estratégica dentro de Nagorno Karabaj, a solo unos 180 kilómetros de la capital de esa región separatista, Stepanakert.

El presidente azerbaiyano, Ilham Aliyev, echó sal en la herida al señalar en un mensaje a la nación que el acuerdo fue «una capitulación» armenia.

El primer ministro Nikol Pashinian.

El primer ministro Nikol Pashinian.

La situación se extendió hasta las elecciones legislativas de junio de este año, en las que se impuso con el 54% de los votos el partido de Pashinian, Contrato Civil, y fue ratificado como primer ministro. Ahora, en un intento por calmar el malestar nacionalista, el premier busca revivir el conflicto en la Corte Internacional de Justicia en La Haya con una demanda de discriminación racial.

Pashinian, un periodista de 46 años, que llegó al poder con la pacífica «Revolución de Terciopelo» contra las élites, sigue siendo popular por su lucha contra este grupo político y económico al que acusa de estar corrompido y de haber saqueado Armenia durante décadas.

Pero la protohistoria de este último episodio bélico comenzó en 1921, cuando ambas naciones formaban parte de la incipiente Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas (URSS) y las heridas del genocidio armenio cometido por el Imperio Otamano aún estaban muy frescas.

Ese año el Buró Caucasiano del Partido Comunista de Rusia resolvió que el territorio de Nagorno Karabaj, poblado mayoritariamente por armenios, pasara a formar parte de Azerbaiján.

Hasta ese momento ese territorio montañoso formaba parte de una de las provincias del Imperio ruso, donde, a principios del siglo XX, hubo sangrientos enfrentamientos entre los habitantes armenios y azerbaiyanos del territorio por motivos religiosos.

Armenia es el primer país del mundo que adoptó el cristianismo como su religión nacional en el año 301, rodeada desde entonces por países de credo musulmán

La población de la República de Armenia, de sólo 3.000.000 de habitantes en 29.800 kilómetros cuadrados, es muy homogénea. Hay pequeñas minorías kurdas, iezidíes, rusas y otras, pero la inmensa mayoría de la población pertenece a la Iglesia Apostólica Armenia, que se alinea en el rito ortodoxo.

A pesar de aquella decisión de la URSS, la mayoría armenia residente en Nagorno Karabaj siguió reclamando su independencia hasta que en 1988, durante el proceso de la «perestroika», formalizaron el deseo de escindirse de Azerbaiján para unirse a Armenia, cuyo parlamento aprobó de inmediato la anexión, pero Moscú bloqueó la decisión.

Con la disolución de la URSS, las tendencias nacionalistas en Azerbaiján y Armenia derivaron en una cruenta guerra por el control de Nagorno Karabaj.

Los enfrentamientos se prolongaron hasta 1994 y causaron unos 25.000 muertos

En ese episodio del conflicto, Azerbaiyán perdió el control sobre Nagorno Karabaj y siete distritos adyacentes, ocupados por la parte armenia, que los considera como una «franja de seguridad».

En plena guerra, en 1992, en Karabaj se celebró un referéndum por el que casi la totalidad de la población se pronunció a favor de la proclamación del territorio separatista como una república independiente, pero la autoproclamada república de Nagorno Karabaj hasta el momento no ha sido reconocida por ningún miembro de la comunidad internacional, incluida Armenia.

En paralelo, Armenia presentó el jueves un recurso contra Azerbaiyán ante la Corte Internacional de Justicia (CIJ), el principal órgano judicial de la ONU, acusándolo de discriminación racial, durante el reciente conflicto entre ambos países, anunció el tribunal.