Tal como se anticipó en Punto a Punto la semana pasada, la reunión de la UCR en Villa Giardino iba a ser con un clima de tensión. Más allá de los decibeles que trataron de bajar algunos con las repercusiones posteriores. Pero, sin dudas, las fricciones en el radicalismo se mantienen y el encuentro en Punilla sirvió para acentuar varias.

Las figuras nacionales. Al margen del trato institucional que algunos impostaron con el presidente de la UCR Nacional, el jujeño Gerardo Morales, se sabe que muchos lo miraron de reojo. Las fotos, como así también las declaraciones previas en torno al gobernador Juan Schiaretti, dejaron a Morales en el lote de los apuntados. Ni siquiera ser la única figura nacional del partido le valió al jujeño para sumar adhesiones de cara a su sueño presidencial.

Tampoco le sirvió a Morales levantar a Rodrigo de Loredo como candidato del partido a gobernador. El movimiento inquietó a los que vienen trabajando en Córdoba un acuerdo con Luis Juez y alertó, puertas adentro, a los radicales que no quieren perder protagonismo frente a De Loredo.

División en el Congreso. El clima de tensión en Giardino fue el corolario -y también la antesala- del malestar que se vive en el Congreso entre la facción radical de buena sintonía con Morales y el mendocino Alfredo Cornejo frente al sector que lidera Martín Lousteau. En el primer bloque están Mario Negri y Ramón Mestre; y en el segundo, De Loredo.

Bloques divididos en Diputados, Negri lidera uno y De Loredo el otro; y todo parece indicar que no habrá unidad. Lejos de lo que pretende Morales. Y ya se lo avisaron. La interna radical seguirá con su réplica en el Congreso y altera los planes de la UCR Nacional.

La Unicameral, el otro ring. El lunes, el jefe del bloque de la UCR en la Unicameral, Juan Jure, dijo en el programa Aunque parezca tarde (90.7 FM Punto a Punto) que «la frutilla del postre en Giardino debería haber sido la palabra de De Loredo». Porque, cabe recordar que el diputado no pudo hablar y hubo enojo, a pesar de que hay dirigentes que sostienen que esto no se produjo porque llegó 30 minutos antes del final.

Lo de Jure, por su parte, no terminó ahí: «por lo que significa en el contexto partidario y por la expectativa que genera, tendría que haber hablado», dijo Jure el lunes por la tarde.

Fue un mensaje conciliador hacia el resto del partido. Incluso, también para aquellos que le bajaron el pulgar a unas palabras del diputado.

Pero, si lo de Jure tendrá repercusiones, lo de Orlando Arduh, el jefe radical del otro bloque de Juntos, también.

El hombre consiguió el visto bueno de la Justicia electoral al pedido de desafiliación que habían iniciado algunos en la UCR post apuestas on line, y salió con todo. «Esto demuestra que existió una persecución política en mi contra. Quisieron echarme del partido para pedirme la banca», lanzó Arduh en la tarde del lunes.

Además, denunció caza de brujas, agradeció a la militancia y acusó a las autoridades de su partido de ser «títeres al servicio de sus jefes». Con este clima, la unidad de Giardino ya se puso ocre.