Foto Alejandra Bartoliche
/ Foto Alejandra Bartoliche

El Festival Audiovisual Bariloche (FAB), además de una nutrida programación cinematográfica de cortos y largometrajes, dispone también de alternativas de puestas de video arte con instalaciones que se pueden visitar en las salas Frey y Chonek del Museo de la Patagonia ubicadas en el Centro Cívico de la ciudad.

El director del FAB, Diego Carriqueo, quien destacó la «recuperación de la sección» tras varios años de ausencia por la pandemia, estuvo acompañado por los jurados de las exhibiciones y artistas involucrados e introdujo las obras en una recorrida por ambas salas dispuestas para las instalaciones de video arte.

«Lo que caracteriza a este formato es que son obras audiovisuales que habitan el espacio y generan, en el caso de ser interactivas, una interrelación con el espectador, que los convierte en usuarios de la obra», comentó Mercedes Fabiano, parte del jurado y ganadora en esta sección en 2015 y 2019.

La artista agregó que en esta edición «existen obras conceptuales, sensoriales, de contemplación, y no hay límite para lo que el artista quiere contar», aunque «sí debe haber un concepto claro y el uso de lo tecnológico debe tener una justificación dentro de la narrativa».

«Son obras con un sentido circular, es decir, en cuanto al tratamiento temporal están diseñadas para que los visitantes las recorran cuando lo deseen, ya que por lo general se presentan en loop y no responden a las narrativas clásicas de inicio, desarrollo y final», explicó Fabiano.

Las video arte con instalaciones»generan una interrelación con el espectador, que los convierte en usuarios de la obra»Mercedes Fabiano

En el caso de «Recuerdo que así sonaba», de los barilochenses Luciano Lamtzev, a cargo del diseño sonoro, y Clara Aguillón, que hizo el montaje de video, la obra consiste en imágenes y video de la ciudad donde la idea de «cómo suena un recuerdo» invita a los espectadores a manipular una consola para «oficiar de compositor de lo que se ve» e intervenir en lo que evoca cada imagen, según describieron sus creadores.

«En principio, es un registro cotidiano, un collage que hicimos para un evento de música ambient, proyecto que edito exclusivamente en cassette. Comenzó en la pandemia, para contener sonidos que no tienen mucha llegada en plataformas», comentó Lamtzev.

Otra de las muestras, «Exterior/interior», del artista visual de El Bolsón Mateo López, dispone un mapa proyectado de la Patagonia argentina con banderas de países que indican la cantidad de territorio nacional en propiedad de extranjeros.

El título de la obra «habla de la mirada que se tiene desde Buenos Aires, que ve al resto del país como interior. Y, tomando eso como disparador, a partir de una investigación realizada por ATE, la idea es visibilizar las tierras nacionales en manos de multinacionales», con información de los terratenientes en otro mapa que conforma un ranking de propietarios.

«Es un tema que nos cuesta: recibir esta información sobre nuestro cuerpo, porque se convierte en territorio colonizado. Me sorprendió que hayan elegido este trabajo porque implica un posicionamiento político, sobre todo en un momento en que se está luchando para que abran el Lago Escondido», sostuvo López.

El videoartista añadió: «La instalación, al estar enfrente del monumento a Roca ya de por sí es un triunfo para el trabajo, que excedió lo que tenía en mente. No es algo que me genere placer este trabajo, sino indignación».

Walter Mateo Lpez de ExteriorInterior Foto Alejandra Bartoliche
Walter Mateo López de «Exterior/Interior» / Foto Alejandra Bartoliche

En tanto, el realizador audiovisual y VJ de Rada Tilly, Chubut, Gastón Ramos presentó «Raigambre Patagonia», muestra en la que a través de un controlador se pueden ir repasando imágenes que el artista fue registrando con sonidos que las acompañan.

«Se trata de las raíces que se entrecruzan y dan sentido de pertenencia a un lugar. Pensando en la Patagonia y cuál es nuestro vínculo, empecé a verme a mí mismo y es parte de lo que a uno le sucede con el paisaje, y uno se puede encontrar a través del paisaje», enfatizó.

Ramos contó sobre su proceso creativo que usó imágenes de un viaje, en el que elegía lugares para filmar con un dron para luego experimentar con el recurso de espejos.

Gastn Ramos de Raigambre Patagonia Foto Alejandra Bartoliche
Gastón Ramos de «Raigambre Patagonia» / Foto Alejandra Bartoliche

«La voz del planeta», de la videoartista de El Bolsón María Elena Apa, maneja una temática relativa a los volcanes, los sismos, la ciencia, la tecnología y el arte.

La instalación contiene un teléfono antiguo en el que se reproducen entrevistas a 15 testigos de un tsunami ocurrido en el lago Nahuel Huapi en 1960, que constituyó el primer caso de ese tipo en lagos continentales de Argentina, y elementos de esa época, como un tocadiscos sobre el cual, articulado con tecnología en tiempo real, se pueden colocar rocas y moverlas para reproducir sonidos de registros volcánicos.

Mara Elena Apa de La voz del planeta Foto Alejandra Bartoliche
María Elena Apa de «La voz del planeta» / Foto Alejandra Bartoliche

Por último, con «Paisajes archivados», el realizador audiovisual de Bariloche Agustín Esparza presentó su tesis de graduación de la carrera Artes multimediales: un trabajo de exploración urbana, geografía y «situacionismo».

«Se manejaba el tema de la deriva ‘situacionista’ y caminar por lugares de la periferia urbana. Mi trabajo es el resultado de lugares que fui recorriendo y registrando», indicó.

La muestra abarca un mapa y una lupa de apoyar antiguos, que con un marco infrarrojo que detecta el puntero y la posición, transfiere la imagen a un proyector para que la gente pueda experimentar con la geografía local y amplificar la data de cada locación registrada.

Agustin Esparza de Paisajes Archivados Foto Alejandra Bartoliche
Agustin Esparza de «Paisajes Archivados» / Foto Alejandra Bartoliche

«La idea del mapa es poder recorrerlo analógicamente. Varias son imágenes analógicas y otras con dron. Lo monumental del lugar siempre me pareció muy atractivo», comentó el artista.

Esa muestra tiene una segunda sala para la Isla Huemul, «que es un mundo aparte y por eso tiene una sección especial», con una pantalla interactiva con modos de reproducción que permiten ver la historia del lugar e información de cada edificio y datos geográficos generales, además de una maqueta para una visualización complementaria.