Por Eduardo Bocco. Mientras Juntos por el Cambio define su candidato a vice en Córdoba, continúa la estrategia del oficialismo para captar opositores. “Anotá esta fecha: 4 de junio. Ese día se vota en más de 50 ciudades, pueblos y comunas de la provincia… Bueno, a partir de ese momento habrá un gran salto de intendentes del radicalismo y del PRO a Hacemos Unidos por Córdoba. No quieren meter ruido ahora, pero a partir de ese momento, empezará el operativo traspaso”.

El breve monólogo corresponde a una persona que integra la coalición oficialista y se mostraba más que convencido.

Esta estrategia va en línea con la apuesta del gobernador Juan Schiaretti que postula con Hacemos una alianza electoral que esté por encima de la grieta en todo el país y a través de la cual él desea ser candidato presidencial, aunque por ahora las encuestas le marcan que su camino está sembrado de piedras (su intención de voto varía entre el 3 y el 5 por ciento de los sufragios).

El peronismo schiarettista está empecinado en mostrar una coalición electoral con piezas robadas a otras fuerzas políticas, lo que le permitiría argumentar que ha conformado un frente con otras miradas. Obviamente, en este esquema los radicales y los macristas son una parte fundamental.

Si Schiaretti es el motor de esta propuesta, detrás suyo está el candidato a gobernador Martín Llaryora quien fue, por ejemplo, el primer justicialista que se acercó a la exintendenta de Estación Juárez Celman, Myrian Prunotto para sumarla a sus filas. Después, el gobernador y Alejandra Vigo tomaron como propia a la dirigente y avalaron su designación como candidata a vicegobernadora.

Los opositores, aparentemente tentados por el oficialismo evitan manifestarse sobre el punto, aunque desde la conducción disparan munición gruesa contra Schiaretti y le bajan el precio a las reuniones que realiza el PJ para sumar caras nuevas.

Desde el rincón de Prunotto aseguran que las conversaciones se multiplican y que el teléfono de la candidata a vice estalla con mensajes de intendentes de la UCR y el PRO averiguando condiciones para concretar el pase.
Lo cierto es que hasta el momento no hay ningún dirigente de peso o con liderazgo territorial importante que haya dado el paso.

«Son todos sellos pero ninguno tiene un solo voto”, se sinceró un veterano caminante de los pasillos del radicalismo, en lo que fue una fuerte crítica a Prunotto y al presidente del PRO, Javier Pretto, el último saltarín que aterrizó en Hacemos y fue nombrado candidato a viceintendente de la ciudad de Córdoba.