A pesar de la calma aparente en los dólares financieros, el frente cambiario continúa siendo una debilidad significativa para el esquema económico actual, con flujos negativos crecientes que mantienen una presión constante sobre el tipo de cambio. En septiembre, se observó una venta promedio diaria de US$ 40 millones, sugiriendo que una modificación en la política cambiaria, ya sea mediante la eliminación del blend, unificación o devaluación del tipo de cambio oficial, podría ser inevitable.

Para la consultora Cohen Aliados Financieros, el panorama político también es complejo. El gobierno, comprometido con la meta de «déficit fiscal cero», enfrenta desafíos legislativos significativos. Tras evitar la reforma jubilatoria mediante el veto, el Ejecutivo sufrió el rechazo del Decreto de Necesidad y Urgencia (DNU) que ampliaba fondos para la SIDE, y ahora se enfrenta a un probable veto de la nueva Ley de Financiamiento Universitario. Estos conflictos legislativos reflejan la debilidad política que obliga al Ejecutivo a negociar cada asunto de manera individual.

En cuanto a la actividad económica, aunque se observan tímidos signos de recuperación, la euforia es prematura. Los datos de julio mostraron incrementos en la industria y la construcción, pero las caídas interanuales siguen siendo relevantes y los indicadores adelantados de agosto presentan un panorama mixto. La industria creció un 6,9% mensual en julio, pero todavía está un 20% por debajo del año anterior, mientras que la construcción aumentó un 8,0% mensual pero acumula una contracción del 30,9% interanual.

La inflación sigue siendo una preocupación. Aunque la tasa de inflación mensual ha bajado desde el pico de diciembre, se mantiene alrededor del 4% mensual desde mayo. La persistencia de la inflación, combinada con los precios regulados y la eventual corrección del tipo de cambio, dificulta una reducción sustancial de la inflación.

Las reservas internacionales siguen disminuyendo. El Banco Central de la República Argentina (BCRA) reportó una caída de US$ 45 millones en reservas durante la última semana, con un saldo negativo en reservas netas de aproximadamente US$ 3.700 millones. La tendencia a la baja desde mediados de junio podría intensificarse en octubre, dada la mayor demanda de divisas por parte de los importadores. Esta situación podría llevar a la necesidad de un waiver para cumplir con la meta de reservas acordada con el FMI.

En cuanto al blanqueo de capitales, los depósitos en moneda extranjera del sector privado han aumentado significativamente desde el 12 de agosto. Sin embargo, la mayoría de estos depósitos han quedado en los bancos y no han tenido un impacto notable en las reservas internacionales del BCRA.

El mercado local ha mostrado signos de recuperación, con una semana positiva para los activos. Los bonos soberanos en dólares subieron un promedio del 5,1%, y el Merval avanzó un 5,6% en pesos, alcanzando los US$ 1.446. El riesgo país descendió al nivel más bajo desde mayo, lo que podría indicar una mejora en la percepción del riesgo asociado a los activos argentinos.

Con la presentación del Presupuesto 2025, el gobierno ha prometido equilibrio fiscal, una recuperación económica del 5% y una inflación del 18% anual para diciembre de 2025. Sin embargo, la falta de definiciones sobre el esquema cambiario y la necesidad de apertura financiera para enfrentar vencimientos en moneda extranjera generan incertidumbre sobre la efectividad de estas medidas.

En la próxima semana, se publicarán datos clave sobre la inflación mayorista, el costo de la construcción, el saldo comercial de agosto y el PIB del segundo trimestre de 2024. Estos datos serán cruciales para evaluar el estado de la economía y las perspectivas a corto plazo.

En resumen, Argentina se encuentra en un momento crucial, con desafíos políticos y económicos que definirán el rumbo del país en los próximos meses. La capacidad del gobierno para navegar estos desafíos y las decisiones clave en política económica serán determinantes para la estabilidad y el crecimiento futuro.