El turismo emisivo, es decir, los viajes de argentinos al exterior, históricamente ha generado una importante salida de dólares, superando el ingreso que produce el turismo receptivo (extranjeros que visitan el país). Este desbalance, aunque oscilante, depende en gran medida de la competitividad cambiaria. Cuando el tipo de cambio no favorece a los turistas extranjeros, la diferencia entre argentinos que viajan al exterior y visitantes extranjeros puede alcanzar una relación de 2 a 1. Actualmente, si bien no se registran niveles tan desproporcionados, se observa un deterioro continuo mes a mes.

En los últimos tres meses, la relación entre el turismo emisivo y receptivo en transporte aéreo se situó en 1,37, acercándose a niveles similares a los de 2019, cuando el déficit por turismo fue de 2.600 millones de dólares. En ese año, el turismo emisivo demandó 7.850 millones de dólares, contribuyendo de manera significativa al déficit en el balance de pagos. En 2024, este comportamiento vuelve a encender las alarmas, especialmente cuando el gobierno se encuentra abocado a mejorar la posición financiera del Banco Central.

En el primer semestre del año, el turismo emisivo ya había demandado 3.900 millones de dólares, y la balanza neta entre turismo emisivo y receptivo resultó negativa por 1.400 millones. De acuerdo con las tendencias actuales, se proyecta que para fin de año la demanda de dólares por turismo emisivo alcanzará los 7.500 millones, mientras que el saldo neto podría registrar una salida de 2.700 millones, con un ingreso aproximado de 4.800 millones por turismo receptivo.

El panorama para 2025 podría empeorar con la eliminación del impuesto PAIS, que actualmente encarece las compras y gastos en el exterior realizados con tarjeta de crédito. Se espera que el primer trimestre de ese año, que suele ser el de mayor desbalance, intensifique la salida de dólares, especialmente si el tipo de cambio no ofrece incentivos para atraer turismo extranjero ni para fomentar el turismo interno.

Un indicador clave de esta tendencia es el ritmo de búsquedas en internet relacionadas con el turismo. En septiembre, las búsquedas asociadas al turismo fuera del país crecieron un 54% interanual, mientras que las vinculadas al turismo interno cayeron un 15%. Este dato refleja el creciente interés de los argentinos por viajar al exterior, lo que contrasta con una menor predisposición hacia las opciones locales.

El sector turístico, que representa aproximadamente el 7% del empleo privado registrado en Argentina, ya enfrenta una pérdida de puestos de trabajo del 2,2% acumulada desde diciembre de 2023. Este retroceso es una señal de alerta para la cadena de valor asociada al turismo, que podría verse aún más afectada si el desbalance continúa aumentando.

Frente a este escenario, la competitividad del tipo de cambio será clave para evitar una mayor merma del turismo receptivo y del turismo interno. De no ser así, será necesario impulsar reformas regulatorias o impositivas que ayuden a reducir costos y a recomponer la competitividad de la industria turística en el país.

Por Marcos Cohen Arazi y Vanessa Toselli, para Fundación Mediterránea