En un contexto económico desafiante, cada vez más argentinos encuentran en el mercado inmobiliario una manera de proteger su capital. Una de las opciones más accesibles y con mayor proyección es la compra de departamentos de pozo, una modalidad de inversión que permite ingresar a valores más bajos y con múltiples alternativas de financiamiento.

Aunque para muchos pueda parecer una operación sofisticada o fuera de alcance, lo cierto es que hoy existen propuestas adaptadas a distintos perfiles y capacidades económicas. El auge de emprendimientos inmobiliarios en todo el país abrió un abanico de posibilidades para quienes buscan una propiedad como resguardo de valor o para generar renta futura.

Ingresar al mercado con precios bajos y cuotas accesibles

De acuerdo con un análisis de Zonaprop, la plataforma de clasificados inmobiliarios, uno de los principales beneficios de comprar en pozo es la posibilidad de acceder a un inmueble a un precio significativamente inferior al que tendrá una vez terminado. Según el tipo de proyecto y su ubicación, el ahorro puede alcanzar entre un 20% y un 40%.

Las formas de pago también se han flexibilizado: se puede abonar al contado, lo que implica mayores descuentos, o bien ingresar con un anticipo —del 30% al 40% del valor— y financiar el resto en cuotas en pesos (ajustadas por el índice CAC) o en dólares. Algunas desarrolladoras incluso aceptan permutas, es decir, el comprador entrega un inmueble como parte de pago, lo que agiliza la operación.

Otra novedad reciente es la hipoteca “bien futuro”, habilitada por el decreto 1017/2024. Esta herramienta permite dividir hipotecas en proyectos en construcción, registrar boletos de compra venta y acceder a créditos hipotecarios mientras el proyecto avanza.

Revalorización garantizada y rentabilidad a largo plazo

Además del precio más bajo, la compra en pozo ofrece un interesante potencial de revalorización. Una vez terminada la obra, el valor del inmueble puede incrementarse entre un 20% y un 40%, según factores como la ubicación y la dinámica del mercado.

Algunas ciudades argentinas se destacan especialmente por su atractivo para invertir en este tipo de proyectos. Buenos Aires, con alta demanda de alquileres permanentes y temporarios; Córdoba, con un mercado estudiantil muy activo; Mendoza, impulsada por el turismo y la industria; y Mar del Plata, con un boom de desarrollos en barrios como Playa Grande o La Perla, son opciones con buenas perspectivas de rentabilidad.

Departamentos a medida: otra ventaja del pozo

Invertir en pozo también habilita la posibilidad de personalizar la propiedad durante las primeras etapas del proyecto. Esto es valorado tanto por usuarios finales como por inversores, ya que permite adaptar el espacio a distintas necesidades: desde crear un área de home office, hasta elegir terminaciones o incorporar tecnología para el hogar.

Algunas de las mejoras que se pueden incluir son:

  • Domótica y eficiencia energética: como iluminación LED, termostatos inteligentes, paneles solares, aberturas con DVH o electrodomésticos con eficiencia A+++.

  • Distribución personalizada: para ampliar espacios o sumar divisiones internas.

  • Accesibilidad: adaptaciones para adultos mayores o personas con movilidad reducida.

Esta posibilidad de personalización no solo mejora la calidad de vida del usuario, sino que también incrementa el valor de reventa o alquiler de la unidad.

Invertir en pozo: una alternativa concreta para resguardar y hacer crecer tu dinero

Con precios más accesibles, opciones de financiación variadas, potencial de revalorización y posibilidad de personalización, los departamentos en pozo se consolidan como una alternativa atractiva para ingresar al mercado inmobiliario argentino. Ya sea para vivienda propia o como inversión, esta modalidad permite capitalizar el tiempo y acceder a una propiedad nueva con una proyección rentable.