La relación entre la Argentina y China ya no se mide solo en toneladas de soja, swap de monedas o desembarcos de capitales. Hoy también se expresa en la percepción ciudadana, y el resultado sorprende: un amplio 77,5% de los argentinos tiene una imagen positiva del país asiático, contra apenas un 17,9% que conserva una mirada negativa.
El dato surge de la encuesta nacional Vientos de Oriente, elaborada por la consultora Explanans entre el 20 de julio y el 10 de agosto de 2025 sobre una muestra de 1.085 casos representativos en todo el país.
China, socio e inversor antes que competidor
Cuando se les pregunta qué rol debería tener China en la Argentina, los consultados eligen mayoritariamente posiciones de alianza: el 35,9% la ubica como “socio estratégico” y un 38,5% como “inversor importante”. Solo un 5,2% la ve como competidor y apenas un 1,4% como prestamista. La fotografía refleja el deseo de un vínculo más simétrico y constructivo que el que suele predominar en la discusión política.
Potencia mundial en disputa
El trabajo también muestra cómo los argentinos perciben la distribución del poder global. Si bien Estados Unidos conserva fuerza simbólica, un 45,7% considera que hoy China es el país más poderoso del mundo, contra un 43,8% que aún señala a Washington. La diferencia se amplía en los menores de 30 años, entre quienes más de la mitad reconoce a Pekín como la principal potencia global.
Compras y calidad: del prejuicio al entusiasmo
El fenómeno del comercio electrónico es otro terreno donde China gana terreno. Un 22,2% de los encuestados asegura haber comprado en plataformas como Shein o Temu. El dato es aún más relevante en la Patagonia, donde uno de cada tres consumidores ya experimentó con estas apps, mientras que en la provincia de Buenos Aires la cifra baja a dos de cada diez.
Más significativo aún es el cambio de percepción sobre la calidad de los productos. En un país donde durante décadas el adjetivo “chino” fue sinónimo de barato y malo, hoy un 68,4% de los argentinos tiene una visión positiva sobre los artículos fabricados en el gigante asiático (53,4% “buena” y 15% “muy buena”). Solo un 25,6% mantiene la idea de que son de mala calidad.
La emoción: curiosidad y entusiasmo
El costado más cultural de la encuesta aparece en la dimensión emocional. Cuando se les pregunta qué sienten al pensar en China, un 56,7% responde “curiosidad” y un 18% “entusiasmo”. La indiferencia reúne al 18% y apenas un 6,5% expresa reacciones negativas, entre bronca y miedo.
Este clima, señalan los autores del estudio, combina interés, expectativa y apertura a nuevas oportunidades, tanto en el plano comercial como cultural y político.
Un giro en la percepción
Lejos de los prejuicios históricos y de la visión que reducía a China a un “proveedor barato”, el sondeo muestra un cambio de época: los argentinos no solo reconocen al gigante asiático como actor de peso en la economía y la política mundial, sino que también lo asocian con calidad, innovación y futuro.
En palabras de los encuestadores, el fenómeno se resume así: “Más que un socio distante, China se volvió parte del horizonte cotidiano de los argentinos”.