La agenda industrial atraviesa un momento de redefiniciones profundas. Así lo planteó Luis Macario, presidente de la Unión Industrial de Córdoba (UIC) y titular de Gastaldi Hnos., al trazar una lectura que combinó diagnóstico macroeconómico, mirada política e impacto concreto en las empresas, junto con un repaso de las principales novedades del grupo agroindustrial cordobés.

Macario fue uno de los nominados como Empresario del Año de Punto a Punto, en la edición 2025. Entre muchos trabajos, este año su rol fue clave a la hora de firmar el denominado Nuevo Pacto Productivo, una iniciativa impulsada por la UIC y adoptada luego por la Unión Industrial Argentina (UIA). El acuerdo fue respaldado por la mayoría de las uniones industriales regionales y cámaras sectoriales del país, con el objetivo de fortalecer la capacidad de negociación de la industria frente al Gobierno nacional.

Desde su mirada, uno de los principales problemas estructurales de la Argentina es la debilidad institucional. Señaló como ejemplo el funcionamiento incompleto de la Corte Suprema y un Congreso atravesado por tensiones que dificultan la construcción de consensos. Para Macario, las reformas duraderas no pueden imponerse de manera unilateral: “Las políticas que no se negocian ni se consensúan terminan cayéndose cuando cambia el signo político”, advirtió.

En ese marco, sostuvo que existe un diagnóstico ampliamente compartido sobre la necesidad de reformas estructurales, en particular en el plano laboral y tributario. El alto nivel de informalidad —que ronda el 50% de la mano de obra— es, para el dirigente industrial, una señal clara de que el sistema actual no funciona. Atribuyó parte del problema a la rigidez del marco laboral y al nivel de litigiosidad, que, lejos de disminuir, se incrementó aun cuando las empresas invierten más en seguridad e higiene.

También remarcó el peso de la presión impositiva y los costos asociados a la formalización del empleo, especialmente para las pymes, que muchas veces enfrentan riesgos que ponen en juego la continuidad de sus propios proyectos.

Sobre el rumbo económico del Gobierno nacional, Macario coincidió con el diagnóstico de fondo respecto del déficit fiscal y la necesidad de ordenar la macroeconomía. Valoró que el equilibrio fiscal se haya instalado como un consenso transversal, aunque planteó matices sobre la velocidad del ajuste. A su entender, el énfasis casi exclusivo en la baja de la inflación, combinado con un enfoque de shock, generó un enfriamiento de la actividad y dejó sectores “heridos” en el proceso.

En cuanto a la inserción internacional, advirtió sobre los riesgos de una apertura económica indiscriminada, sin instrumentos que permitan competir en condiciones razonables. Recordó experiencias pasadas, como la de los años noventa, y aclaró que la industria no reclama protección, sino defensa, tal como hacen todos los países desarrollados. “Integrarse al mundo es necesario, pero con reglas inteligentes”, resumió.

Gastaldi Hnos.: diversificación, inversión y profesionalización. En el plano empresario, Macario repasó el presente de Gastaldi Hnos., firma que este año cumple 95 años y se encamina hacia su centenario. Históricamente ligada al maní, la compañía construyó su perfil exportador a partir de un mercado interno reducido, lo que la obligó —según explicó— a alcanzar estándares internacionales muy exigentes, especialmente en Europa.

Ese recorrido derivó en fuertes avances en materia ambiental y de trazabilidad. La empresa obtuvo recientemente la certificación EPD (Environmental Product Declaration) para el maní, convirtiéndose en la primera compañía del sector a nivel mundial en lograrla. El sistema permite informar, mediante un código QR, el impacto ambiental del producto desde la siembra hasta el puerto de destino, incluyendo huella de carbono y consumo de agua.

En paralelo, Gastaldi Hnos. avanza en un proceso de diversificación. Uno de los hitos más recientes fue la creación de GTS Agro, una nueva empresa conformada junto al grupo Terramar para operar una planta de especialidades. El proyecto, concretado este año, apunta inicialmente al procesamiento de popcorn, con foco exportador, y contempla sumar garbanzo y otras especialidades en una segunda etapa. El plan prevé alcanzar la plena capacidad operativa en un plazo de tres a cuatro años.

Otra línea estratégica es la puesta en marcha de una planta de extrusado, desarrollada en conjunto con Molino Fénix, orientada a productos de legumbres y harinas texturizadas. La inversión supera los US$ 3 millones e incluye equipamiento de origen suizo. La expectativa es iniciar operaciones en los primeros meses del próximo año.

Finalmente, Macario destacó el proceso de recambio generacional y profesionalización de la empresa familiar. Con la incorporación de miembros de la cuarta generación bajo un protocolo previamente definido y la contratación de un gerente general externo, Gastaldi Hnos. busca separar la gestión ejecutiva del ámbito familiar y consolidar un modelo de empresa familiar profesional.

En un contexto que definió como “absolutamente desafiante”, Macario concluyó que el rol del empresario industrial va más allá de la rentabilidad: implica sostener empleo, generar valor en las comunidades y participar activamente en los espacios institucionales para intentar incidir en políticas que permitan un desarrollo productivo sostenible.