En un contexto marcado por la caída del consumo, la presión sobre los márgenes y un cambio profundo en las reglas macroeconómicas, Grupo Cordeiro logró cerrar 2025 con crecimiento en sus dos principales unidades de negocio: la yerbatera Verdeflor y Lácteos La Blanca. Así lo detalló Ernesto Cordeiro, director del grupo, quien definió el año como “un período de transición entre la vieja y la nueva Argentina”, atravesado por desafíos operativos, pero también por una mayor previsibilidad hacia adelante.
“La imposibilidad de trasladar aumentos de costos a precios nos obligó a trabajar fuerte puertas adentro”, explicó. En ese escenario, la estrategia estuvo centrada en mejorar la eficiencia interna, optimizar procesos y ordenar la gestión, un cambio significativo respecto de años anteriores atravesados por la alta inflación y la gestión diaria de urgencias.
Verdeflor: crecimiento, escala y apuesta exportadora
En el negocio yerbatero, Verdeflor consolidó su posición en el mercado nacional. Durante 2025, la empresa escaló del sexto al quinto puesto en el ranking general de yerbas mate y se afirmó como la segunda marca del país en el segmento de yerbas compuestas. El crecimiento estimado de ventas se ubicó entre el 10% y el 15%, con un volumen de producción mensual cercano a los 1,3 millones de kilos.

Este desempeño estuvo acompañado por una ampliación de la capacidad productiva, tras la inauguración de una nueva planta en marzo de este año. Esa capacidad excedente se convierte ahora en la base para los planes de expansión previstos para 2026, cuando la empresa proyecta crecer entre un 5% y un 8%.
En paralelo, Verdeflor profundizó su estrategia de internacionalización. Actualmente, las exportaciones representan cerca del 8% de la producción y el objetivo es llevar ese porcentaje a un mínimo del 10% en 2026. La marca ya tiene presencia en mercados como Chile, España, Estados Unidos, México, Costa Rica, Australia, Nueva Zelanda y Tailandia, y recientemente cerró un acuerdo con un distribuidor de República Checa que comercializa a través de Amazon Europa, lo que permitirá ampliar su llegada a otros países del continente.
“El consumo afuera sigue estando muy vinculado al argentino que vive en el exterior, pero empieza a verse un interés creciente de consumidores locales”, señaló Cordeiro.
El portafolio de Verdeflor cuenta hoy con 15 variedades, entre ellas 11 líneas tradicionales —a las que en 2025 se sumó Manzanilla— y cuatro blends de la línea premium “23 Regiones”, orientados al segmento de infusiones.
Otro eje estratégico es la consolidación de la planta de procesamiento de hierbas aromáticas en Villa Dolores. Esta unidad busca complementar el abastecimiento de materia prima, promover el desarrollo de pequeños productores regionales y funcionar como un campo modelo para la zona.
Lácteos La Blanca: foco industrial y primeros pasos en EE. UU.
Lácteos La Blanca, por su parte, continuó consolidando su perfil industrial B2B. La empresa está especializada en la producción de dulce de leche como insumo para heladerías y fabricantes de golosinas, con un esquema altamente personalizado: maneja unas 30 fórmulas activas adaptadas a los requerimientos de cada cliente.
En los últimos años, la compañía duplicó su volumen de ventas, impulsada por el crecimiento de sus clientes industriales. Ese proceso la llevó a operar cerca del límite de su capacidad productiva, a pesar de las inversiones realizadas. Actualmente, la producción mensual ronda los 1,3 millones de kilos y existe un master plan con horizonte 2030 para incrementar la capacidad en un 70%.
En materia de comercio exterior, 2025 marcó un hito con la primera exportación directa a Estados Unidos: un envío de prueba de 2.000 kilos de dulce de leche bajo la marca La Agustina, destinado a un distribuidor de la costa oeste que abastece tanto al mercado latino como a panaderías y reposterías tradicionales. Las exportaciones representan hoy cerca del 4% del total, un porcentaje que quedó relegado frente a la fuerte demanda interna.
La Blanca mantiene además una trayectoria exportadora consolidada hacia Chile, con envíos mensuales cercanos a los 50.000 kilos, y ventas indirectas a República Dominicana. Para 2026, el foco estará puesto en afianzar las inversiones ya realizadas y consolidar la capacidad productiva alcanzada, más que en un crecimiento acelerado.
Un sector tensionado y un nuevo escenario macroeconómico
Desde la mirada sectorial, Cordeiro describió al mercado yerbatero como “desafiado”. La liberación de los precios mínimos de la materia prima generó una sobreoferta que, sumada a la caída del consumo, tensionó toda la cadena de valor. “Hoy el desafío pasa por encontrar los volúmenes óptimos y sistemas de cosecha más eficientes”, advirtió.
En cuanto al contexto macroeconómico, valoró la posibilidad de volver a planificar a mediano y largo plazo en un escenario de menor inflación, aunque con cautela a la hora de encarar nuevas inversiones. “Venimos de experiencias donde muchas empresas se endeudaron en dólares y después el escenario cambió”, recordó.
Finalmente, Cordeiro consideró clave avanzar en reformas estructurales para mejorar la competitividad. “La competitividad no va a venir por una devaluación, sino por eficiencia interna y por reformas del Estado, especialmente impositivas y laborales”, sostuvo. Sobre este último punto, afirmó que la reforma laboral “es muy necesaria”, al considerar que la legislación actual “quedó vieja” y no se adapta a las nuevas dinámicas del trabajo, lo que termina desincentivando el empleo formal.
Con cerca de 180 empleados entre ambas compañías, el Grupo Cordeiro encara 2026 con expectativas positivas, apoyado en la eficiencia lograda durante 2025 y en un entorno económico que, aunque todavía desafiante, ofrece mayor previsibilidad para proyectar crecimiento genuino.






















