Luis García Berlanga Martí

Luis García Berlanga Martí

Se cumple un siglo del nacimiento en Valencia, España, de Luis García Berlanga, el cineasta que junto a su socio Juan Antonio Bardem revolucionó en 1951 el anquilosado cine del franquismo con «Esa pareja feliz» e hizo entrar en la mayoría de edad a la pantalla española.

La relación entre Berlanga y Bardem tuvo sobresaltos: las diferencias salieron a la luz a raíz de la publicación reciente de «Rodaje», una novela del también cineasta Manuel Gutiérrez Aragón, en la que se narran las campañas populares en España y el extranjero para evitar la ejecución del dirigente comunista Julián Grimau, en 1963, al tiempo que Berlanga rodaba «El verdugo», una comedia negra sobre la pena de muerte en su país.

Bardem criticó duramente a su colega, recriminándole su reticencia a la firma de una carta de clemencia dirigida al dictador Francisco Franco consensuada por un grupo de intelectuales y militantes en la clandestinidad, que por disidencias no se envió: no por esa razón, Grimau fue igualmente fusilado el 20 de abril de aquel año.

Como en todo el cine de Berlanga, gran parte del de Bardem y posteriormente el de Carlos Saura, se aborda la vida del pueblo español durante el régimen franquista y la herida que separa a ganadores y perdedores, con la particularidad de que Berlanga recurre a un tono zumbón, con diálogos de sainete, donde la risa puede surgir entre la desgracia y esa pimienta hace a sus películas muy disfrutables.

Esa pareja feliz

Luis García Berlanga Martí nació en el seno de una familia de terratenientes, con un abuelo que llegó a ser diputado de las Cortes de Madrid a fines del siglo XIX, un padre que cruzó entre varios partidos, siempre entre el centro y la derecha, y un tío materno que fue presidente de la Caja de Ahorros de Valencia.

Con esos antecedentes de sangre sentía en su interior cierto fervor «anarquista» individual, aunque en su juventud quiso esconder el pasado político de su familia y se unió junto a varios amigos a la «División Española de Voluntarios», un ala de la Falange con la que llegó a participar de la invasión nazi a la Unión Soviética, entre 1941 y 1943.

La incursión en el cine

De regreso estudió Derecho y Filosofía y Letras, hasta que en 1947 decidió inscribirse en el madrileño Instituto de Investigaciones y Experiencias Cinematográficas, donde conoció a Bardem, filmó cortometrajes y puso en tela de juicio su pasado.

El dúo concibió «Esa pareja feliz» a la manera del Neorrealismo italiano, filmando en estudios pero también en las calles, con actores profesionales y otros que no lo eran, para relatar las desventuras de un matrimonio que deseaba ascender de clase social ganando premios en un concurso o con negocios improbables.

El tono de comedia ágil sorteó la férrea censura del régimen, recibió el premio Jimeno de la Asociación de Críticos Cinematográficos de España a sus directores y fue un sonoro éxito de público.

El segundo paso fue «Bienvenido Míster Marshall» (1952), donde Bardem fue solo coguionista con Berlanga y el comediógrafo Mighel Mihura, una mordaz comedia pueblerina sobre promesas sociales incumplidas por una comitiva estadounidense a la que se ve pasar de lejos, que entre otras bendiciones tenía la inolvidable actuación del característico José Isbert.

Bienvenido Mr Marshall

Ese filme y su director fueron premiados en el Festival de Cannes y demostró que a través de un humor mordaz e inteligente se podían burlar las férreas censuras peninsulares de la época.

Otros de sus títulos fueron «Novio a la vista» (1954), con argumento de Edgar Neville; «Calabuch» (1956), una coproducción con Italia protagonizada por el británico Edmund Gwenn; y «Los jueves, milagro» (1957), en la que se tocaban las creencias religiosas populares: tuvo rispideces con la Iglesia y solo permaneció diez días en cartel.

Novio a la vista

En 1961, «Plácido», con desopilantes actuaciones de Cassen (Casto Sendra Barrufet) y José Luis López Vázquez, significó el encuentro con el guionista Rafaell Azcona y fue la primera película hispana candidata al Oscar en idioma extranjero.

En este caso se trataba de una campaña de caridad fomentada por las autoridades cuya propuesta era «Lleve un pobre a su mesa» en la noche de Navidad, lo que generaba situaciones tragicómicas; no habrá sido adrede, pero parece la versión chusca de «Viridiana», de Luis Buñuel, rodada al mismo tiempo.

Al año siguiente Berlanga participó de una coproducción internacional en episodios junto al italiano Alessandro Blasetti y los franceses Hervé Bromberger y René Clair, titulada «Las 4 verdades», de los que el suyo, «La muerte y el leñador», con guion de Azcona, se considera el mejor.

Una curiosidad en su carrera fue «Las pirañas» (1967), rodada en la Argentina sobre argumento y guion de Azcona y con actuaciones de Osvaldo Miranda, Ana María Campoy, Marilina Ross, la española Sonia Bruno y una decena de nombres criollos. En España se tituló «La boutique» y fue un fracaso total.

Su siguiente trabajo fue «¡Vivan los novios!» (1970), con guion de Azcona y su primera película en color, con López Vázquez y Lali Soldevilla, seguido por «De tamaño natural» (1974), con Michel Piccoli, sobre un individuo que encuentra el amor ideal en una muñeca inflable. Entre otros datos, se sabe de la adicción privada de Berlanga por la pornografía y su colección (también privada) de objetos de arte eróticos.

Vivan los novios

Por sus orígenes de clase, el director conocía de cerca a la aristocracia española y eso le dio pie para filmar la tríada «La escopeta nacional», «Patrimonio nacional» y «Nacional III», entre 1978 y 1982, que seguía a la augusta familia Leguineche –de hecho, el protagonista Luis Escobar era de cuna noble- junto a un enjambre de «cholulos» que deseaban empaparse de alcurnia. Detrás estaba la pluma de Azcona.

Siguieron «La vaquilla» (1985) y «Moros y cristianos» (1987), ambas con guion de Azcona, y «París Tombuctú» (1999), coguionada con su hijo Jorge, un canto del cisne para una filmografía jocunda, con humor de varios tonos y una humanidad que hace de Berlanga -fallecido en 2010 a los 89 años- un fenómeno único en el cine de su país.