Donde hubo fuego cenizas quedan

 … y algunas cenizas queman, completan algunos. Otros, más puristas, aclaran que si queman ya no serían cenizas sino rescoldo, así se llama la ceniza que conserva algo de brasas… Resulta que un día cualquiera reaparece “el que te dije” o “la que te dije”, un amor del pasado bah, y sentís una cosita, salta el atizador del cuore, entrás a revolver y… Uhh descubrís que no eran solo cenizas lo que había dejado aquella relación… que algo ardía debajo todavía…

Ahora, uniéndolo al refrán, convengamos que decir “Donde hubo fuego rescoldo queda”, suena feo, casi antipoético… 

Las grandes pasiones persisten a lo largo del tiempo, viven en nosotros. No importa cuánto haya durado “aquel amor”, ni siquiera cómo y por qué terminó. Pero por algo será que cada vez que lo evocamos, lo sentimos arder…

También pudiera ser que no lo evocamos nunca más, o nos acordamos cada taanto y sin rescoldo, pasan los años, y un día, de repente, nos reencontramos con “aquel amor” en la calle y… ¡Algo nos pasa!… “¿Tomamos un café?” “¡Dale!”… “Se te ve muy bien” “A vos también”… ¿Mentirá alguno de los dos? ¿Mentirán ambos?…

Todo puede suceder cuando se trata de seres humanos, hasta lo mejor… Otros, menos románticos, asocian este refrán con el famoso “El que se quema con leche, ve una vaca y llora”… O sea: cuando el fuego de “aquel amor” te dejó llagas, la sola idea de reavivarlo ya te hace huir… Y completás, lo más campante: “Donde hubo fuegos cenizas quedan, pero también hay escobas para barrerlas”…

Lo importante es no perder dignidad, como el tipo del tango de Contursi, pobre. Ella insistía, implacable: “Es inútil remover las cenizas de un amor”… Y él: “¡Quiero verte una vez más!”