La semana pasada INDEC difundió los índices de pobreza, a raíz de esos datos el Instituto para el Desarrollo Social de Argentina (IDESA) elaboró un documento en donde asegura que Argentina registra mayor crecimiento de pobreza en comparación con países vecinos como Chile o Uruguay.

Con la llegada de la pandemia en marzo de 2020, el Gobierno Nacional tomó la decisión de cerrar el país para minimizar la propagación del virus y evitar los contagios, “un año y medio después los resultados son que Argentina acumula 2.500 muertos por millón de habitantes, mientras que Chile 2.000 y Uruguay 1.800. Desde el punto de vista sanitario, el encierro estricto no evitó tener más muertes”, explica IDESA.

Desde el punto de vista social, según datos del Ministerio de Desarrollo Social de Chile y las oficinas de estadísticas de Uruguay y Argentina se observa que:

  • En Uruguay la pandemia produjo un aumento de la pobreza del 8% al 12% de la población total.
  • En Chile antes de la pandemia la pobreza era también de 8% y subió a 11%.
  • En Argentina la incidencia de la pobreza era de 35% antes de la pandemia y actualmente llega al 41% de la población.

“Estos datos muestran que las condiciones sociales con las que Argentina entró a la pandemia eran mucho más delicadas que la de sus vecinos y que en el contexto de la crisis sanitaria se profundizaron las diferencias.  Con la pandemia, la pobreza subió entre 3 y 4 puntos porcentuales en Chile y Uruguay y 6 puntos en Argentina. La Argentina no solo tuvo peores resultados en términos de muertes sino también en empobrecimiento”, explican.

A partir de estos dato, IDESA asegura que “fue un error tomar medidas tan estrictas sin sostén científico. El fundamentalismo sanitario no evitó muertes y produjo enormes daños económicos y sociales”.

En la misma línea, la entidad manifiesta que el Gobierno trató de mitigar los efectos económicos que estaba generando la pandemia a través de ayudad asistencial. “A las familias que reciben la Asignación Universal por Hijo (AUH) se les entregó la tarjeta alimentaria y, también de manera superpuesta, otros planes asistenciales desde el Ministerio de Desarrollo Social. Se suman a ellos de manera descoordinada los planes provinciales y municipales. Esto no evitó que 11,7 millones de personas se empobrecieran en el 2020 y, lo peor, que los indigentes aumentaran en más de 100.000 personas en el 2021 respecto al 2020, cuando la pandemia cedió y la ayuda asistencial se mantuvo”.

El Instituto finaliza planteado que “el empobrecimiento con más gasto asistencial no es una derivación exclusiva de los errores por la pandemia. Es fundamentalmente el resultado de la baja capacidad de gerenciamiento público. Con esquemas de gestión obsoletos fatalmente se cae en improvisaciones y oportunismos. Bajo estas condiciones, hasta objetivos espurios como el de “poner platita en el bolsillo de la gente” con fines electorales están condenados al fracaso”.