Y si bien señala que no hubo líneas paradas –el freno de Renault de esta semana tuvo que ver con la escasez de micro conductores, un fenómeno global- sí se advierte que el clima se mantiene enrarecido y se está lejos de desmontar el laberinto burocrático o sortear los obstáculos para acceder al mercado libre de cambios para ingresar mercadería o insumos.

Falta claridad. En los círculos industriales de Córdoba siguen reconociendo que la dirección que le imprimió Massa a la gestión de la economía es la correcta, los anuncios están en línea, aunque faltan medidas de fondo y sobretodo, concretas. El blef que generó la cuasi designación de Gabriel Rubinstein como vice ministro tampoco ayudó.

“El comentario entre los colegas es que se sobregiró Massa. Generó más expectativas de lo que en realidad logró. No se vieron todavía medidas concretas. Y en esto no hay magia, las medidas que se tienen que tomar van a ser duras”, dicen.

Analizando el punto crítico, las reservas, un industrial con vínculo con el sector primario señaló: “Los US$ 5000 millones que prometió Massa son relativos porque todo lo que adelantas, es algo que después te va a faltar. El único instrumento que haría que el productor pueda definir ventas es que por 30 días, 45 días hagan una baja de las retenciones. Eso se reflejaría en el precio de forma directa y eso puede activar ventas. Los otros esquemas que se lanzaron no tocan a los productores”.

La lectura que hacen los industriales redondea un par de ideas fuerza: que el problema de fondo sigue siendo la tensión política y que la solución llegará cuando se defina desatar ese nudo: “Eso se ve cuando analizas que lo que quiere hacer Massa no es muy distinto de lo que quiso hacer Guzmán. Dicho esto hay que remarcar algo, estamos en una situación complicada pero no es el 2001, hay atraso cambiario, pero no es el del 2001. Los precios de los commodities no tienen relación a lo que eran, hoy el sistema bancario está bien y el endeudamiento del sector privado en dólares era muy distinto al que tenemos hoy. Entonces acá hay un problema de confianza. Acá lo que hay que generar es un shock de confianza para los distintos actores económicos. En ese sentido el gobierno está muy condicionado para eso, porque tiene muchas complicaciones políticas”, apuntó un dirigente con silla en la UIC.

Misma dinámica. Un paper de Consultation Financial Services marca que la aceleración inflacionaria vista semana es el mejor termómetro de la velocidad del deterioro macro. Y advierte que las medidas implementadas hasta ahora por el nuevo ministro (postergación de vencimientos en pesos y fuerte suba de tasas de interés) no implican, por ahora, un cambio de la dinámica sino una postergación aumentada de sus impactos.

“En el plano cambiario es donde el tiempo corre más rápido: el gobierno ya casi no cuenta con reservas netas. La inacción dada por la falta de medidas responde a una limitación macro (una devaluación del TC oficial no es viable en este contexto) y a otras políticas: avanzar en un esquema de desdoblamiento cambiario requiere de un aval del FMI, que recién esta semana comenzó a discutirse”, remarcan.

Shock antiinflacionario. Por su parte Víctor Beker, director del Centro de Estudios de la Nueva Economía de la Universidad de Belgrano, analizó el escenario inflacionario, ratificado por el 7,4% que alcanzó el alza de los precios minoristas de julio.

Según su análisis, el 7,4% mensual verificado el mes pasado equivale a una inflación del 135% anual. Y asegura que si no se adopta un plan antiinflacionario, las perspectivas para el año pasan por un incremento de precios en el orden del 100%.
“Este es el mayor desafío que enfrenta la flamante conducción económica: poner en marcha un plan coordinado y consistente de medidas fiscales, monetarias, cambiarias y de ingresos que asegure una drástica baja de la inflación. La clave reside en tomar este grupo de medidas conjuntamente. Difícilmente el gradualismo sea una opción. El desborde inflacionario impone un tratamiento de shock si se quiere evitar recaer en la hiperinflación», completó.